366 HISTORIAS DEL FÚTBOL MUNDIAL | 21 DE AGOSTO
Estreno de San Mamés, la “Catedral” (1913)
El Athletic jugó en sus primeros tiempos en las campas de Lamiako y de Josaleta, demasiado en las afueras de lo que entonces era la ciudad. Su sueño, según avanzaba la expectación, era estar más «en Bilbao» para gozar de más público. Por fin, bajo la presidencia de Alejandro Sota, el 10 de diciembre de 1912, se adopta la decisión de afrontar la construcción del nuevo campo. Tras desestimar los terrenos donde más adelante jugaría el Indauchu, se adquieren unos contiguos al edificio del Asilo de San Mamés y se abre una suscripción para poner en marcha la operación. Pronto se reúnen 50 000 pesetas y la primera piedra se coloca el 20 de enero de 1913. Y ya para agosto está terminado el campo, si bien muy distinto del que vemos ahora, y mucho más pequeño. En la preferencia tenía una airosa tribuna de madera de aire muy inglés. La lateral y los fondos tenían unas pocas filas. No se utilizó cemento hasta su ampliación años más tarde. La obra salió en total por 89 061 pesetas de la época.
El estreno fue con un triangular frente al Racing de Irún y el Shepherd’s Buch, que al final se adjudicaría el torneo inaugural. El Athletic concurrió con esta alineación para el estreno: Ibarreche, Hurtado, Solaun; Iceta, Belauste, Eguía; Acedo, Pichichi, Zuazo, Cortadi y Pinillos. Zuazo puso el balón en juego y el primer gol lo marcó Pichichi, lo que seguramente le valió para que años más adelante el periodista bilbaíno Lucio del Álamo (entonces un niño) diera su nombre al trofeo de máximo goleador que instituyó en Marca cuando, muchos años más tarde, fue director del periódico. El partido acabó empate a uno, y el gol irunés lo marcó Patricio Arabolaza, que también daría su nombre a uno de los premios Marca, el de la «furia española», ya desaparecido.
El campo fue llamado San Mamés por estar contiguo al asilo de ese nombre, donde hay una capilla en la que se representa a este santo con un león. San Mamés fue un cristiano arrojado al circo para que le devorara un león, que, en lugar de hacerlo, se puso a su lado, de ahí que se le represente así. Años más tarde, ante un partido especial, el cronista del Excelsior tituló: «¿Rugirá hoy el león de San Mamés?». Eso dio lugar a que en lo sucesivo a los jugadores del Athletic se les conociera como «los leones de San Mamés». El campo gozó de sucesivas ampliaciones, al compás del mayor interés que iba adquiriendo el fútbol en nuestro país, y ya desde 1923 hay referencias a él como la «Catedral». Su silueta cambiará cuando se instale el arco del que cuelga la cubierta de la tribuna principal, en 1953, que será visible desde diversos altos en las proximidades de Bilbao. En 1961, con el producto del traspaso de Garay al Barça (5,5 millones de pesetas) se mejoró la capacidad de la hasta entonces llamada tribuna de Misercordia, la del fondo, tras la que se encuentra el asilo, que pasó a ser conocida coloquialmente como «la tribuna Garay». En 1926 se colocó en el estadio un busto de Pichichi. Desde hace mucho está junto al palco, y le ofrecen flores todos los equipos que visitan por primera vez ese campo, en bonita tradición.
San Mamés es hoy el terreno de juego más antiguo de España, en categoría nacional, aunque parece que no llegará a cumplir los cien años. Está decidido derribarlo para construir uno justo al lado, en los terrenos que hoy ocupa el ferial, separados del viejo San Mamés por una calle que precisamente lleva el nombre de Rafael Moreno Aranzadi, Pichichi.
Extracto del libro 366 historias del fútbol mundial que deberías saber, de Alfredo Relaño (Planeta, 2010).