El campo de la final suele tener problemas de drenaje

Llovió mucho durante poco tiempo. Cierto. Pero el encharcamiento del National Training Centre de Senec (Eslovaquia) parece ser algo muy habitual cuando llueve con intensidad en la localidad eslovaca, a 25 kilómetros de Bratislava. Tras la resaca de una noche infernal, AS preguntó en Senec a los lugareños, sobre lo acontecido en la final del Europeo Sub-19 femenino entre Francia y España, y a nadie le extrañó lo sucedido. Alex, un aficionado del fútbol español, en especial del Barça, explicó que es muy habitual que el campo donde se jugó la final, de hierba natural, se encharque de forma exagerada cuando llueve con fuerza: “Esto suele ser muy habitual. Este campo es centenario y no tiene un buen sistema de drenaje. Aquí juega el equipo local, el Senec, de Segunda División, y estamos muy acostumbrados a vivir situaciones parecidas cuando llueve fuerte. En la mayor parte de las veces se sigue jugando, pese al mal estado del campo, pero creo recordar que en alguna ocasión se ha llegado a suspender algún partido”.

Pese a todo, y pese a que siguió lloviendo con intensidad durante la segunda mitad, la UEFA decidió que se jugara lo que quedaba de partido a toda costa. España luchó a muerte y rozó la gesta. Lucía García recortó distancias y Nahikari tuvo la gran ocasión de empatar en el descuento. En circunstancias normales su ocasión hubiera acabado en gol, pero las esperanzas españolas se ahogaron en un charco... Y en una decisión más interesada que justa de la UEFA.

El campo donde se jugó la final pertenece al centro de entrenamiento de la Federación Eslovaca de Fútbol y es donde acostumbran a jugar sus selecciones femeninas y las categorías inferiores masculinas y también suele ejercitarse la Selección Absoluta de Eslovaquia.