Asensio fue la única luz
Mal estreno del Madrid, que no aguantó en la primera parte el ritmo de un PSG más rodado. Ikoné y un doblete de Meunier adelantaron a los galos y Marcelo acortó distancias de penalti. La entrada del mallorquín y de los castillistas en la segunda parte evitaron una goleada mayor.
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Real Madrid 1-3 PSG | Repaso a la francesa en el primer bolo del Madrid en Estados Unidos. El campeón de Europa está aún desperezándose y Emery no se lo perdonó. El vasco apareció por Columbus con un PSG ya encarrilado y cuando apenas había terminado el himno de las barras y las estrellas el equipo de Zidane ya perdía 0-1. Una ensalada de errores que empezó en Varane, continuó Nacho y terminó de aliñar Marcelo. Kone, que pasaba por allí, ajustició a Casilla.
De las primeras conclusiones que dejará este bolo, es que para evaluar qué Morata ha regresado de Turín habrá que esperar al Chelsea. Vivió en la desesperación acompañado de un Jesé inadvertido en el 4-4-2 prometido por Zizou en la previa. Benzema no actuó por una sobrecarga y el canario parece asumir que a la vuelta a España tendrá otro equipo. Y en esas estaba el Madrid, con Kovacic e Isco intentando armar el juego que armarán Kroos y Modric más adelante, cuando dos errores defensivos más pintaron en el marcador un 0-3 sorprendente. Los hizo Meunier, el tercero en una pérdida grosera de Kovacic al sacar la pelota. El gol de penalti de Marcelo en una acción de Isco fue casi una anécdota.
Entre tiempos muertos (hubo dos) y un señor que regó manguera en mano el césped al descanso, detalle increíble en uno de los países tecnológicamente más avanzados del mundo, el Madrid andaba como despistado por el Ohio Stadium. En La Herradura sólo se veían caballos parisinos, con Meunier muy brioso y Lucas Moura regalando arabescos.
La segunda parte fue otro Madrid. Literalmente. Zidane cambió todo el equipo. Y vimos a Asensio, como para no verlo. Asumiendo que estaba rodeado de medio Castilla (debutaron Enzo Zidane, Mariano, Achraf y Febas), tiro de gallardía. Y de su zurda, que habla por sí misma. Entre él y los ocho castillistas (más Yáñez y Carvajal) pusieron la luz en la noche en Ohio y sólo se añadió el morbo de contar sobre el césped con el acomodado Di María, que se quedó con la ganas de marcar.
En tres días llega el siguiente show en el tour, contra el Chelsea de Conte, otro zorro de los banquillos que no regala amistosos. Zidane tendrá que encontrar las primeras soluciones porque la Supercopa de Europa estará a sólo nueve días vista.
