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HISTORIAS DEL FÚTBOL | 24 DE JULIO

Florentino presenta a Figo, el primer «galáctico» (2000)

En el verano de 2000, Lorenzo Sanz, entonces presidente del Real Madrid, convocó elecciones anticipadas. Le quedaba un año de mandato, pero acababa de ganar su segunda Copa de Europa...

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Florentino presenta a Figo, el primer «galáctico» (2000)

En el verano de 2000, Lorenzo Sanz, entonces presidente del Real Madrid, convocó elecciones anticipadas. Le quedaba un año de mandato, pero acababa de ganar su segunda Copa de Europa en tres temporadas y se sentía seguro para renovar en las urnas su presidencia por otros cuatro años, lo que le permitiría estar en el cargo durante el Centenario, el año 2002. Frente a él se presenta Florentino Pérez, candidato que había estado cerca de ganar ya a Ramón Mendoza en las anteriores elecciones. Hombre de aspecto neutro, ingeniero de caminos, gran gestor, importante empresario, pero en apariencia sin tirón. Lorenzo Sanz, que había llegado al cargo por la moción de censura a Mendoza, representaba una escuela opuesta: desenvuelto, populista, ingenioso, desordenado, con feeling para el fútbol. En principio, Sanz es el gran favorito.

Pero el 6 de julio, justo el día en que Lorenzo Sanz casa a una de sus hijas con Míchel Salgado, jugador de la plantilla, José Ramón de la Morena da una noticia bomba en la SER: Florentino tendría atado a Figo, a la sazón estrella máxima del Barça, soberana figura del fútbol europeo y mundial. En el banquete de boda no hay otro tema de conversación. Sanz, agarrado al teléfono, insiste en que es mentira. Los días siguientes, Florentino ni confirma ni desmiente y Figo, localizado por el diario Sport, afirma desde su retiro de vacaciones que el día de la presentación del Barça tras las vacaciones estará con el equipo. Sin embargo, el gran público tiende a creer que el compromiso es cierto. La calma de Florentino así lo hace pensar. Por el camino, para más culebrón, Núñez abandona voluntariamente la presidencia del Barça, lo que abre un proceso del que sale presidente su brazo derecho, Joan Gaspart. Figo, en una nueva entrevista, dice ahora que «si Gaspart quiere, aún se puede arreglar».

El día 16, Florentino gana las elecciones, que en realidad tiene ganadas desde la antevíspera, gracias a una activa recaudación de votos por correo. Una vez conseguida la presidencia se le vuelve a preguntar por Figo, y entonces afirma que vendrá al Madrid o, en caso contrario, se compromete a ofrecer el abono gratis durante una temporada a todos los socios del club. Y por fin el día 24, dos después de la toma de posesión de Gaspart en el Barça, Florentino presenta a Figo, que aparece con rostro serio en las fotos, entre el nuevo presidente y Di Stéfano, nombrado presidente de honor del club. Figo muestra la camiseta blanca con el número 10 y su nombre. Está serio y eso se achaca en principio a que el cambio de club supone para él un contratiempo, pero no es así. Su seriedad se debe a que cuando iba al acto, en un último intento de echarle para atrás, alguien le telefoneó para asegurarle que tenía unas fotos de su mujer desnuda, y que estaba dispuesto a ofrecerlas a Interviú. Resultó ser mentira, tales fotos no existían, pero consiguió amargarle el acto.

Figo, según sus próximos, se habría comprometido con Florentino a la espera de que no ganase las elecciones y forzar con ese «susto» una mejora de su contrato por el Barça, pero ganó Florentino y tuvo que hacer honor a su compromiso. Deshacerlo le hubiera costado una cantidad equivalente al cargo de abonos de una temporada, de ahí que Florentino asegurara que si Figo no fichaba los abonados irían gratis. Gaspart no pudo hacer nada frente a esa cantidad para deshacer la operación, que consistía en el pago de la cláusula de rescisión: 10 000 millones de pesetas, traspaso récord para la época. Figo, a su vez, cobraba 1000 millones limpios por temporada. El desembolso fue tremendo, pero compensó largamente. Figo fue la piedra angular del proyecto galáctico, al que se sumarían sucesivamente Zidane, Ronaldo y Beckham, y el Barça se sumió en un túnel de confusión que le mantuvo cinco años sin títulos.