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HISTORIAS DEL FÚTBOL | 21 DE JULIO

Primera apertura de extranjeros en la liga (1933)

El reglamento del profesionalismo aprobado en España en 1926 establecía en su artículo 23 que los jugadores extranjeros podrían actuar en los clubes españoles solo como aficionados...

Primera apertura de extranjeros en la liga (1933)

El reglamento del profesionalismo aprobado en España en 1926 establecía en su artículo 23 que los jugadores extranjeros podrían actuar en los clubes españoles solo como aficionados. Para jugar como profesionales en los campeonatos oficiales tendrían que estar inscritos antes de la fecha de entrada en vigor de este reglamento, y solo podrían alcanzar esa condición después de haber pasado dos años de residencia en nuestro país. Así estaban las cosas cuando empezó la liga en la temporada 1928-1929 (si bien todos los partidos se jugaron en el año 1929). Así que el campeonato empezó casi sin extranjeros. Por supuesto, la norma no afectaba a los españoles nacidos fuera, como eran los casos de Sagi-Barba y Ordóñez, o nacionalizados, como René Petit. Al comenzar el campeonato solo había tres extranjeros que habían podido reunir las condiciones requeridas: Saprissa (costarricense), del Espanyol, y Walter, alemán, y Plattko, húngaro, en el Barça. En la primera jornada no jugó ninguno de ellos. Saprissa se alineó en la segunda. Los dos del Barça, más adelante, porque estaban lesionados. Plattko aún arrastraba, cuando empezó la liga, la lesión de aquella final de Copa de Santander el año antes, ante la Real, en aquella su tarde heroica que inspiró el poema de Alberti (véase el día 28 de junio). Plattko había llegado al Barça en 1922 en respuesta al regreso de Zamora al Espanyol.

Durante los primeros años del campeonato se discutió mucho sobre el incremento de extranjeros. El Barcelona, que era muy partidario, presionó con la compra de dos brasileños, Jaguaré (portero) y Dos Santos, llegados del Vasco da Gama con una gran aureola, pero que solo pudo alinear en amistosos. Jaguaré pretendía suceder a Plattko, ya veterano. Dos Santos, la araña negra, había sido mundialista en Uruguay, donde dirigió el juego de Brasil desde el medio campo. Año tras año se rechazaba la apertura, hasta las reuniones habidas en el verano de 1933, en las cuales por fin la insistencia de los partidarios de ella tuvo su premio, y al cabo de tres discutidas y apretadas votaciones (hacían falta dos terceras partes a favor) la asamblea, reunida en la Sociedad Económica Matritense de Amigos del País, la aprobó. Cossío, presidente del Racing y autor de la monumental enciclopedia taurina Los toros, tratado técnico e histórico, fue uno de los partidarios más insistentes.

Así que para la temporada 1934-1935 se pudo traer extranjeros. El Madrid incorporó a un meta húngaro, Alberty, buscando el relevo de Zamora, que ya envejecía. El Barça, a otro húngaro, Berkessy, y a un costarricense, Morera. Del mismo país era Quesada, que vino al Espanyol. (Informes de Saprissa en ambos casos, sin duda.) Cossío trajo dos mexicanos a su Racing, Alonso y Fuente. Mexicano también fue el refuerzo del Oviedo, Laviada, y el Valencia completó la lista con un portero tan húngaro como Plattko y Alberty, llamado Acht. Solo ocho refuerzos, solo dos clubes, Barça y Racing, cubrieron el cupo máximo. Ninguno era una gran figura, no vino ninguna de las estrellas del reciente Mundial de Italia. España iba de cara a la Guerra Civil, empezaba a respirarse un ambiente de crisis. Cuando llegó la guerra, casi todos huyeron del conflicto. Al regreso solo quedaba Alberty, que jugó para el Ferrol, finalista de la primera Copa después de la guerra.

Con el tiempo, se han seguido produciendo aperturas y cierres. En la 1947-1948 se abrió (Domingo, Ben Barek, Kubala, Carlsson, Hon, Di Stéfano, Wilkes…), entre 1953 y 1956 estuvo cerrada, luego se abrió de nuevo (Kopa, Puskás, Kocsis, Czibor, Evaristo, Vavá, Mendonça…) hasta 1962. Nuevo cierre hasta 1974 y apertura desde entonces (Cruyff, Netzer, Ayala, Heredia, Pereira, Neeskens, Leivinha, Breitner, Arrúa, Keïta, Carnevali…). Las aperturas estaban limitadas a uno o dos jugadores por club hasta que el tiempo y la sentencia Bosman (véase el día 15 de diciembre) hicieron saltar los controles.