¡España ha ganado la Copa del Mundo! (2010)

España fue al Mundial de Sudáfrica bajo los mejores auspicios. Así que el primer partido, ante Suiza, se esperaba con máximo optimismo, pero… El equipo jugó bien, tuvo el balón (73 por ciento de posesión), remató veintitrés veces (seis a puerta, dieciséis fuera y una al palo), pero no pudo marcar. Suiza, en un balón largo de su portero seguido de una jugada desdichada en la que el balón rebotó en tres culos, sí marcó. Perdimos 1-0. Sorpresa mayúscula y Luis Aragonés, que llevaba dos años sin hablar con la prensa, se mete entre un corro de periodistas al salir de la cabina de Al Yazira, televisión para la que comentaba, y dice: «Esto se veía venir». Y desarrolla una larga crítica a Vicente del Bosque.

Todo es confusión. El equipo gustó pero perdió. ¿Qué hacer? Del Bosquecambia varias cosas, deja a Xavi como único verdadero especialista en el toque y afronta así el partido ante Honduras, que se gana 2-0, ambos goles de Villa. Esta vez es al revés: críticas al juego pero calma por el resultado. Ante Chile vuelve Iniesta y España gana por 2-1, goles de Villa e Iniesta. Mejor, pero sigue sin ser España. En octavos Portugal, con la amenaza de Cristiano Ronaldo. Pero se le anula bien, Portugal no muestra gran cosa y España gana 1-0, otra vez con gol de Villa. El juego no ha sido bueno, la insistencia en alinear a Torres, que llegó al Mundial tras salir del quirófano, empieza a crear debate. De hecho, España se hace con el partido cuando Llorente (magnífico) sustituye a Torres. Ya estamos en cuartos. El país respira.

En cuartos, un hueso, Paraguay. Es una selección de tremenda fortaleza y disciplina, virtudes enriquecidas por la buena técnica suramericana. España sufre, otra vez con Torres en el equipo titular. Paraguay es una roca. Marca con un gol que se anula por un fuera de juego muy ajustado. Luego dispone de un penalti, que para Casillas. Al final, llega el gol de España, con Cesc en el campo, asociándose con Xavi, Iniesta y Pedro. Son buenos minutos de España, que gana y sale vivificada de la tremenda prueba.

Semifinal: Alemania, día de San Fermín. Esta vez sin Torres; en su lugar, Pedro. El partido es un baile, los cinco buenos de la oficina chuleando a los cinco malos. Alemania queda borrada por esa avalancha de juego, que se queda sin más premio que un grandioso cabezazo de Puyol a la salida de un córner. Pero basta. España ya conquista y enamora. En la final, contra Holanda, somos favoritos.

Los elegidos para ese día son: Casillas; Sergio Ramos, Puyol, Piqué, Capdevila; Xabi Alonso, Busquets; Pedro, Xavi, Iniesta y Villa. Torres y Silva entrarán hacia el final del partido, por Villa y Pedro, como refrescos para la prórroga. Marchena entró ya al final de la misma, por Xabi Alonso. El partido es duro. Holanda pega mucho y el árbitro, Webb, lo consiente. España no termina de hilar su fútbol, aunque controla el partido. Dos escapadas de Robben crean pánico, pero Casillas, otra vez héroe, las resuelve. Aun así, el gol no llega y vamos a la prórroga. Y cuando estamos a cuatro minutos de los penaltis, por fin llega el gol. Iniesta, el mismo con cuyo gol comenzó este ciclo glorioso en Mánchester, caza una media volea en el área y marca cruzado. Es el éxtasis. Blatter entrega la copa a Casillas, que la alza emocionado mientras España baila en la calle. Luego le dará a su novia, Sara Carbonero, el beso más sonado de la historia del fútbol. El día siguiente, un millón de personas recibe a la selección en Madrid. La explosión de alegría popular no admite comparación con nada. España ya está entre los grandes.