La operación salida provoca un embudo en el Espanyol
Sólo Raillo y Jairo han dejado la disciplina perica. Se buscan fórmulas como incluir a alguno de los 'descartes' en operaciones. Eso podría acercar a Álvaro Vázquez.
Más allá de los fichajes, pues comprende el Espanyol que resta más de mes y medio para que arranque la Liga, lo que ahora mismo inquieta en el club es la lentitud con la que se está llevando a cabo la operación salida. Sobre todo, porque ha comenzado la cuenta atrás hacia la pretemporada, y el próximo lunes Quique Sánchez Flores puede encontrarse con un grueso de jugadores con los que a priori no contaba.
Los ‘descartes’ ya saben hace semanas quiénes son, y en menor o mayor medida han ido buscando soluciones. El Espanyol ha tenido claro desde el primer momento que no quiere tomar decisiones drásticas. Es decir, se evitará hasta el último momento rescindir ningún contrato, pues se entiende que al margen del coste económico (que ahora pueden permitirse) sería traumático dejar a un futbolista sin equipo. Y tampoco está previsto que los jugadores que no cuentan vayan a entrenarse al margen del resto, o quedarse en tierra cuando el equipo tome rumbo a su estadía de pretemporada. Por suerte en ese sentido, y a diferencia de otros veranos, el Espanyol no viajará inmediatamente sino que estará entre diez y 12 días ejercitándose en la Ciudad Deportiva. Más margen.
Las fórmulas para desbloquear la operación salida son variadas, pues no todos los ‘descartes’ se encuentran en las mismas circunstancias. Hasta ahora, solo han salido dos jugadores. El primero fue Antonio Raillo, traspasado pero gratis, a cambio de un pequeño porcentaje de los derechos; podría sucederle algo similar a Álex Fernández o Germán Parreño. Otra vía es la tradicional de la cesión, por la que —como se anunció ayer— Jairo Morillas recalará en el Numancia tras haber militado el pasado curso también a préstamo en el Girona. Y es la manera en la que podrían salir Joan Jordán (también le pretende el Mallorca) o Rober Correa (suena el Girona).
Caso aparte es el de Carlos Clerc. Tras una excelente temporada en el Girona, le resta un año de contrato, por lo que un préstamo sería equivalente a un traspaso sin nada a cambio. Por ello, se podría intentar una venta de verdad e, incluso, darle una oportunidad en la pretemporada. Pero la alternativa que más peso gana es la de incluirlo en alguna operación, como es la de la compra de Víctor Camarasa, del Levante. Es similar a lo que le puede ocurrir a Paco Montañés. Aunque el castellonense cuenta con pretendientes en Primera, podría entrar en un trueque con el Getafe para traer a Álvaro Vázquez, una incorporación que sólo es cuestión de tiempo aunque el Espanyol será el club, en esta operación, que deberá pagar.
Otro problema añadido para el embudo de las salidas son las fichas. El Valladolid, por ejemplo, preguntó por José Alberto Cañas, pero su salario, sin ser altísimo, es impagable en Segunda A.
