SEMIFINALES | PORTUGAL - GALES
Bale dispara la euforia en el cuartel general de Gales
Coleman: “Su amistad con Cristiano sólo se verá al final”. Lleva una gran Eurocopa, su imagen predomina y sólo se habla de lo que es capaz.
La cara de Chris Coleman proyecta la tranquilidad que se vive estos días en Dinard, igual que la de Robson-Kanu a su derecha, la misma que muestran todos los galeses que ven cómo su selección hace historia en la Eurocopa. Confía Gales en seguir escribiendo páginas de este cuento y eso se percibe en cada rincón de COSEC, la ciudad deportiva que es su sede en plena Bretaña francesa.
Hace una temperatura agradable y poco a poco se despereza el sol. Mejor no pueden estar los galeses. El sueño de todos ellos está en manos de uno por encima del resto: Gareth Bale. El rostro del madridista preside la cartelería que la FA instaló hace ya un mes en Dinard, quizá sin la esperanza de que estuviera tanto tiempo. Bale está por todas partes, también en la boca de cualquiera que hable de esta proeza que ya tiene a los de Coleman en semifinales. Sus tres goles y una asistencia le sitúan ahora mismo en la pelea por terminar el torneo como máximo goleador.
Cristiano. Ha ido superando retos mayúsculos Gales en la Eurocopa y el siguiente le enfrenta a un compañero y amigo de Bale en el Madrid, ni más ni menos que Cristiano. “Cualquier amistad entre ellos tendrá que esperar hasta después del partido. No será un Bale contra Cristiano. Son dos equipos los que se enfrentan, no sólo ellos”, comenta un confiado Coleman. “Todo el mundo sabe quién es Cristiano, no hace falta decírselo a los jugadores”.
Lo que no cuenta Coleman es que Bale también es de esos jugadores sobre los que no hace falta dar detalles. Tanto, que ya hay quien le ha postulado como posible Balón de Oro, sobre todo si eliminan el miércoles a la Portugal de Cristiano: “No creo que ahora mismo esté en su cabeza pensar en el Balón de Oro. Por supuesto es humano y tiene pensamientos de ese tipo, pero estará centrado en el próximo partido”. Y así se cierra otro día más de Eurocopa en Dinard, entre imágenes de Bale colgado por la pared, entre risas de su gente, entre galeses confiados en que, de su mano, le ganarán a Portugal y jugarán la primera final de su historia. Con Gareth todo es posible.