El duelo de banquillos también lo ganó Pizzi
Argentina vuelve a chocar con la misma piedra.
Y el sueño de levantar la Copa América se esfumó en la tanda de penales.
Como ocurrió en la final de la Copa América de Chile, la selección de Martino volvió a cometer los mismos errores, y el partido se definió en la tanda de penales. Y no consiguió romper el maleficio de 23 años sin ganar títulos. Aún con un Messi superlativo, gestor de la mitad de los 18 goles que marcó su selección, Martino no supo darle en la final la impronta de un equipo que estuvo muy lejos del nivel con que compitió en el debut contra el mismo rival.
Con la misma receta de Jorge Sampaoli, Juan Antonio Pizzi aisló a Lionel Messi, con la marca de Arturo Vidal, Gary Medel, y Charles Aranguiz. Y lejos de la pelota, el crack no pudo ser el que fue durante toda la Copa. Y Argentina no supo aprovechar la ventaja numérica cuando el árbitro Heber Lopez expulsó a Marcelo Diaz. Presión alta, y cambios de frente, nunca se desesperó y jugó a los que mejor sabe. Presionar y esperar para salir de contragolpe.
Argentina se quedó a mitad de camino una vez más entre la tenencia y el juego directo. Aunque el entrenador haya destacado durante el torneo que el equipo era capaz de sostener las dos variantes de juego. En la final, el partido más importante, no pudo proponer de las dos.
Ever Banega quien llegó al limite fisicamente, fue de lo mejor de su equipo en la generación de juego. Pero aun así estuvo muy solo en la elaboración.
Fue una noche negra también para Gonzalo Higuain, que una vez más volvió a fallar frente al arco en una oportunidad clave para su equipo, como también ocurrió en Brasil 2014 y en Chile 2015.
Tampoco pudo convertir el Kun Aguero cuando ingresó en el suplementario.
El entrenador le cabe una cuota de responsabilidad importante, más allá de que su equipo haya caído en la lotería de la tanda de penales, no interpretó correctamente las necesidades de su equipo que necesitaba liberar a Messi para encontrar juego.
Forzó a Angel Di Maria para jugar la final, sin que haya completado una práctica de fútbol y se notó la baja de rendimiento del jugador, quien nunca fue desequilibrante en los minutos que jugó. Hizo ingresar a Lucas Biglia desde el inicio, quien tampoco estaba al ciento por ciento para jugar los noventa minutos.Y se notó en campo la merma física del mediocampista.
Tenía opciones Argentina para crear juego asociado. Por Biglia pudo ingresar en el segundo tiempo Nicolás Gaitan, para aportar frescura al ataque. Y Por Banega pudo hacer ingresar a Erik Lamela, quien también puede jugar como enlace.
En instancias como esta es donde pesa la responsabilidad de haber traído a Javier Pastore lesionado a la Copa América. El futbolista nunca s recuperó a pesar del convencimiento del entrenador. Y con el desgaste Argentina pagó caro la ausencia de un jugador disponible para darle descanso a Banega.
La remató el entrenador en la designación de los pateadores: Lucas Biglia, fundido, con la espina del penal errado frente a Colombia en cuartos de final de la Copa América del 2015, no pareció ser la mejor opción. Y el jugador volvió a fallar.
El duelo de banquillos lo ganó Juan Antonio Pizzi. Martino, con el mejor equipo de la competición que llegó invicto a la final, no supo como hacer que sus futbolistas planteen cara al rival que más ha castigado a la albiceleste.