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366 HISTORIAS DEL FÚTBOL MUNDIAL | 23 DE JUNIO

Sparwaser es famoso en el mundo entero (1974)

Sparwaser, tras marcar un gol en el Alemania Oriental - Alemania Occidental.
Diario AS

El hombre del día es Sparwaser y la foto y la imagen que dan la vuelta al mundo son las de su gol a Sepp Maier, el gran meta de la República Federal de Alemania. Ocurrió que estábamos en el Mundial de Alemania, de Alemania Occidental, se entiende, de la República Federal de Alemania. Y para esa fase final se clasificó esta vez «la otra» Alemania, la Oriental, la comunista, la República Democrática Alemana. Y el sorteo, juguetón, emparejó a las dos Alemanias en la fase de grupos. El partido, jugado en la noche del día 22, estaba cargado de un morbo evidente: la Alemania capitalista contra la Alemania comunista, las gloriosas estrellas del Bayern y compañía contra los oscuros jugadores de la RDA, que ni siquiera en su país eran celebridades, pues les robaban plano los atletas.

Fue en Hamburgo, con dos helicópteros sobrevolando el campo y tiradores de élite en las terrazas. Fue un mal partido. Los Maier, Vogts, Schwarzenbeck, Breitner, Beckenbauer, Hoeness, Overath, Müller y demás jugaron nerviosos frente al motivado y machacón equipo del Este, el equipo de los parientes pobres. En el 77’ hay una jugada rápida por la izquierda del ataque de la RDA, un balón al área, y aparece Sparwaser, centrocampista de ataque, y, ante la salida vacilante de Maier, marca. Será el único gol del partido.

Sparwaser fue gloria mundial por un día. Ningún periódico del planeta dejó de publicar su nombre en la edición de la mañana siguiente, junto a una breve biografía, y fueron pocos los que no le dedicaron la foto de portada. Aquel gol fue uno de los hechos más relevantes de la llamada Guerra Fría. Jürgen Sparwaser, nacido el 4 de junio de 1948, jugador del Magdeburgo… Sin embargo su felicidad duró un día. La RDA pasó a la siguiente fase, pero quedó la última. Aquella victoria sobre el hermano rico fue la única satisfacción que se dieron. Se publicó que le habían regalado un coche y una casa, pero no era cierto. Luego, vuelta a la rutina de la oscura liga de la RDA. Tuvo una oferta del Bayern que rechazó, porque no se hacía a la idea de salir de su país y de alejarse de su familia. Tampoco está muy claro que le hubieran dejado. A los treinta y un años le retiró una lesión, con 53 partidos internacionales y un título de Recopa con su Magdeburgo, el equipo de toda su vida. Luego siguió una existencia oscura en las categorías inferiores del propio Magdeburgo. La caída del Muro, la mejora de las condiciones de vida en la parte oriental le han favorecido, como a todos, y al abrirse más la comunicación con el exterior ha descubierto con sorpresa que es un hombre célebre en todas partes, más que en su propia tierra, donde apenas le tienen en cuenta. Y sabe que todo se lo debe a aquel gol: «Si en mi lápida pusieran, simplemente, “Hamburgo, 1974”, todos sabrían quién yace debajo», declaró hace poco.