Se cumplen 60 años de la Primera Copa de Europa
El Real Madrid tuvo que remontar al Stade Reims para lograrla (4-3). Alfredo Di Stéfano, Rial (2) y Marquitos dieron así el gran título europeo.
El origen de la leyenda está de aniversario. Hoy se cumplen 60 años de la conquista de la Primera Copa de Europa por el Real Madrid. La primera de las once que le coronan como el club europeo que luce más Orejonas en su excelso palmarés... y las que faltan por llegar. Esta Primera la consiguió ante el Stade Reims (luego se conseguiría la Cuarta ante el mismo rival en 1959) en un apasionante y agónico (por la constante movilidad del marcador) encuentro que se resolvió a escasos diez minutos de la finalización del mismo, gracias a un tanto de Rial, que estableció el 4-3 definitivo para la eternidad de la competición.
Como explicaba Inocencio Arias esta semana en AS, este triunfo fue importante porque, para empezar, era la primera, el debut de la competición (en cuya creación y fundación trabajaron arduamente Bernabéu y Saporta), ante un equipo francés... y se jugaba en su terreno: en el Parque de los Príncipes parisino. El No va más. También por el impacto que tuvo en toda Europa (fue televisada para todo el continente... aunque curiosamente en España no se pudo ver).
Pero además fue la más emocionante. No sólo porque el Madrid se vio obligado a remontar (y por dos veces), tirando de coraje y pundonor. Un carácter que le otorgó Di Stéfano al equipo desde su llegada en 1953. Un Di Stéfano que, utilizando el lema de la RAE (‘Limpia, fija y da esplendor’), se puso a defender, a ordenar y a atacar sin desmayo. Comenzó a gritar a sus compañeros cuando el equipo remois se puso en ventaja (0-2). Enfadado, situó a sus compañeros en pos de una igualada que parecía imposible... pero que en 15 minutos se logró. Y más aún cuando los franceses volvieron a adelantarse.
Luego vendría el ataque de furia de Marquitos, que sirvió para volver a igualar el encuentro, y la estratosférica jugada de Gento para regalarle el gol del triunfo a Rial. Toda una lección de entrega que derrocharon los once elegidos por Villalonga para jugar: Alonso; Atienza, Marquitos, Lesmes; Muñoz, Zárraga; Joseíto, Marsal, Di Stéfano, Rial y Gento. Nombres inscritos en letras de oro en la historia del club madridista. Como decía Marquitos, “aquel Madrid no era un gran equipo. Era el mejor”. Y había cerrado el primer capítulo de la Copa de Europa. Comenzaba así el largo idilio entre la Copa de Europa y el Real Madrid... que todavía perdura.