GRUPO D | ESPAÑA - REPÚBLICA CHECA
Vicente del Bosque mide el alcance del ‘caso Torbe’
El seleccionador mantiene su confianza en De Gea mientras mira de reojo a Casillas, pero se dejará guiar por su experiencia e intuición.
El ‘caso Torbe’ mantiene en vilo a la Selección. Del Bosque ha abierto una jornada de reflexión. Al tiempo que mide el alcance del escándalo, ratifica su confianza en De Gea y mira de reojo a Casillas.
El seleccionador se dejará guiar por su experiencia y su intuición, confiado en que no aparezcan nuevas revelaciones tras la tregua del fin de semana. En todo caso no decidirá el portero que pondrá mañana ante la República Checa sin hablar antes con De Gea y consultar con su segundo Toni Grande y con Ochotorena, que se ocupa de la preparación de los guardametas de España.
“Paciencia y confianza”. Eso es lo que pide Del Bosque ahora. La consigna que ha trasladado el seleccionador a su cuerpo técnico es que “no hay que precipitarse”. Mientras públicamente recuerda que “representamos a la Selección, y por lo tanto hay que ser exquisitos en nuestras conductas”, abre los ojos y los oídos a cada gesto o comentario de De Gea en la concentración. Tiene una conversación pendiente con el portero del Manchester United y no tomará una decisión sobre su titularidad antes de que sea necesario.
“Si Del Bosque tiene una virtud es que nunca se moja antes de tiempo”. Lo que escudriña el seleccionador es si el ‘caso Torbe’ ha contaminado a De Gea, si le ha afectado en la moral o en la concentración. Si atisba cualquier signo de debilidad, cambiará de opinión y pondrá a Casillas a la espera de que las aguas vuelvan a su cauce. “Lo que hay que poner en la balanza es si con este lío De Gea puede estar centrado”, precisan. Del Bosque cree que sí. De momento.
Mientras esto se cuece en el cuartel de España en Toulouse (al que llegaron ayer por la tarde), los supersticiosos recuerdan las desgracias de César (lesionado en Glasgow, en la final de la Champions que encumbró a Casillas), el bote de colonia que acabó con Cañizares, las adversidades de Adán o Diego López o la lesión de Víctor Valdés. “El ángel custodio de Casillas no tiene rival”, susurran los crédulos.