Pimero sonará el Tierra de mis Padres. La letra del himno saldrá con fuerza de las gargantas de los 24.000 galeses desplazados a Burdeos. Luego, el dragón, Gareth Bale, echará a volar (sigue el partido en directo con AS.com). Porque ahora el país entero está pendiente del fútbol.... El rugby quedará en un segundo plano por unos días. La Balemanía se abre paso. La estrella del Madrid persigue el mito de John Charles, el Gigante Bueno que llevó a Gales a disputar los cuartos en el Mundial de Suecia, en 1958.
Desde entonces, la selección del Dragón Rojo (símbolo del país que aparece en su bandera, huella de la colonización romana cuyo ejército utilizaba dragones como estandartes) nunca se había clasificado para una gran cita internacional. Esta es, de hecho, la primera Eurocopa que juega en su historia (la FAW se creó en 1876, la tercera federación más antigua).
Enfrente estará Eslovaquia. Que realice un buen papel en el torneo no sería tanta sorpresa. En Sudáfrica ya superó la fase de grupos. Pero, como a Gales, se le puede aplicar aquello de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Su escuela ya produjo jugadores brillantes en los 60 y 70. Checoslovaquia ganó la Eurocopa de 1976 con más de la mitad del equipo formado por futbolistas eslovacos, aunque fuera Panenka (éste sí, checo) quien alcanzara la fama gracias a su sorprendente penalti. Tiene un bloque duro y disciplinado en el que sobresale Hamsik (Nápoles). Eslovaquia ganó a España (2-1) en la primera jornada de la fase de clasificación. Pero hoy mide a Bale, el dragón que quiere volar cada vez más alto...