Bastón, carta de adiós al Eibar y su futuro atlético, en el aire
"He sido muy feliz en Eibar. Ha sido, no me cabe ninguna duda, el paso fundamental de mi carrera como futbolista", dijo el ariete.
Borja Bastón acaba su cesión en el Eibar y pondrá rumbo al Atlético, en el cual su futuro todavía es una incógnita. Pese a haber firmado una temporada notable en el cuadro vasco, con 19 goles en total, no hay todavía pronunciamiento oficial por parte del club rojiblanco sobre si pretende quedarse con el delantero, cederlo de nuevo o traspasarlo ahora que su cotización es alta.
Mientras, Bastón se ha despedido de la afición del Eibar con una carta emotiva en el sitio web del club para agradecer su paso por Ipurúa. A continuación, la carta íntegra:
"Después de un tiempo recorriendo y aprendiendo en la Segunda División, me llegó la oportunidad de poder elegir destino en Primera. Por fin ponía los dos pies en un equipo de la máxima categoría. El sueño de cualquier chaval se cumple el día que debutas en la categoría que has perseguido tantos años tras recorrer los escalones de toda la cantera.
Sin embargo, los jugadores buscamos continuidad y confianza para poder emplearnos de la mejor manera en el terreno de juego. Y eso es lo que personalmente buscaba después de unos años anteriores que resultaron muy intensos, con buenos momentos para el recuerdo y con otros que me sirvieron para fortalecer y crecer como persona y como futbolista.
Para un chico joven que trata de abrirse camino en el fútbol encontrarte con un club que te arrope, que te cuide, que te haga sentir como en casa es fundamental. Y todo esto es lo que me encontré cuando llegué a la SD Eibar. Desde el primer día comprendí la filosofía del club y afronté con todo el ánimo los retos que teníamos por delante. Nada más llegar me di cuenta de que había acertado. Lo que no imaginaba es que la temporada me daría tantas satisfacciones.
En los primeros días me contagié de la enorme ilusión que se vivía en el club y en la ciudad. Continuar en Primera División era un premio extra que todos queríamos aprovechar. Enseguida me enganché a los mensajes que nos obligaban a mantener la humildad pero sin renunciar a nada, a fortalecer la unión en el grupo, a esforzarse al máximo con el trabajo diario y a aprender de los errores cometidos en años anteriores.
Todos estos valores, humildad, unión, trabajo, dedicación, esfuerzo, eran la constante del año. Sólo así seríamos capaces de salvar la categoría y de crecer durante la competición. Y así resultó. Día a día nos sentíamos más fuertes. Esa fortaleza nos permitió sentirnos cómodos en el terreno de juego. Esa comodidad nos aportó la tranquilidad necesaria para conseguir buenos resultados.
En las primeras semanas no paraba de escuchar que la SD Eibar siempre había sido una formidable escuela para los jóvenes. Me recordaban el paso de Xabi Alonso o David Silva por el club y la progresión que ambos tomaron hasta ser campeones del mundo. Todos aquellos que me lo decían tenían razón. La SD Eibar es un lugar perfecto para poder desarrollar ese crecimiento.
Mis compañeros y el cuerpo técnico, el Club en definitiva, me han permitido pelear durante toda la temporada por el honor de ser el máximo goleador nacional de la categoría. Pero además de los goles que deben acompañar a cualquier delantero, la experiencia vivida será fundamental en el posterior desarrollo de mi carrera profesional.
He sido muy feliz en Eibar, he vivido en el centro de la ciudad lo que me ha permitido conocer más y mejor sus costumbres, y he completado una formación fundamental para el futuro. Es éste, no me cabe ninguna duda, el paso fundamental de mi carrera como futbolista.
En este punto, sólo me queda agradecer a quienes depositaron su confianza en mí, a todos mis compañeros, al cuerpo técnico, a la dirección deportiva y al presidente. Y por supuesto a la magnífica afición que creyó desde el primer día en un chico casi debutante en Primera y que me ha dado cariño infinito. Gracias Eibar y gracias SD Eibar. No sé si el destino nos volverá a encontrar, pero la huella que dejáis en mí es y será imborrable".