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ESPANYOL

“Quique sabe ganarse al jugador y sacarle lo mejor”

Pocos técnicos conocen tanto a Quique Sánchez Flores como Joan Carles Oliva, su mano derecha durante dos años en los Emiratos.

Barcelona

Usted fue el segundo de Quique Sánchez Flores durante dos años en los Emiratos. Tiempo para compartir experiencias. ¿Cómo lo definiría a grandes rasgos?

—Es una persona muy reflexiva, próxima al jugador y sobre todo con espíritu de mejora. Se autoexige y consigue hacer partícipe a todo el grupo.

—¿Tiene una propuesta de juego definida?

—Quique ha evolucionado a la par que el fútbol. Al inicio tenía un sistema definido y un juego estructurado, pero ahora es capaz de saber ver la clave de cada partido. Su filosofía es adaptativa, pero principalmente su propuesta se basa en tener el balón. Después, el partido le puede llevar a otras situaciones, como este año en Inglaterra, porque era otro fútbol, más intenso, veloz, de ida y vuelta. Es un técnico que ha meditado mucho su estilo.

—¿Cómo entrena?

—Tiene una idea de trabajo muy definida. Le da mucha libertad al preparador físico y su metoldogía está muy contextualizada. Cada ejercicio tiene un sentido útil y sabe lo que quiere transmitir.

—Habla de que es un técnico que se adapta a las situaciones pero que tiene una idea clara. ¿Cómo convergen esas contradicciones?

—Quique se sabe adaptar a lo que tiene en sus equipos, pero en este proceso va buscando y encontrando aquellas piezas que encajan en su idea, y las hace crecer. Buscará fuera o dentro del club, también en la base, con tal de conseguir lo que quiere. Recuerdo una anécdota: el segundo año en el Al Ahly estaba buscando un mediocentro y echó mano de un chico del filial: ahora es el líder en el mediocampo.

—¿Es un líder también Quique?

—Es una persona que tiene claras sus prioridades y tiene un control del vestuario muy grande. Pero lo tiene a partir de su autoridad y del respeto que genera. Es flexible y no actúa drásticamente. Es una persona muy dialogante y no pierde los nervios. ¿Le cuento otra anécdota?

—Adelante.

—No es fácil entrenar en los Emiratos. Convives con árabes que te dejan hacer pero quieren ser escuchados. Un día, en medio de un partido, se le acercó un jeque para comentarle un cambio que tenía que hacer en el equipo. En esas circunstancias, Quique no fue capaz de decirle ‘siéntate’. Quique fue capaz de explicarle en medio del partido el porqué de aquella decisión, se lo argumentó con tranquilidad, y el árabe se sentó. Es emocionalmente capaz de muchas cosas.

—Vaya, que es un auténtico gestor de emociones.

—Ha vivido muchas experiencias como jugador y entrenador. Estuvo en equipos y en proyectos consiguiendo resultados que avalan esta trayectoria. Eso te abre el vestuario. Luego se lo tiene que ganar. Y lo sabe hacer. Es una persona coloquial pero muy definida. El jugador confía en él y saca lo mejor. Hay jugadores del Watford que han dicho que ha sido de los mejores entrenadores que han tenido.

—Ocho clubes en 11 años. Le cuesta echar racíces...

—La realidad que viví con él fue no es concluyente. Ya sabíamos que lo de los Emiratos era a corto plazo. Después de aquella situación, él quería un proyecto a largo plazo y que le pudiera motivar, era su asignatura pendiente. Él creía que lo hallaría en Inglaterra. Él está buscando este tipo de proyectos, una regularidad, que le dé continuidad y que le haga desarrollar sus posibilidades. En Watford se dieron las circunstancias, pero nadie entendió porque no siguió. Puede ser el Espanyol su sitio. Cualquier proyecto de un entrenador necesita tiempo.

—¿Piensa las 24 horas en el fútbol?

—Es equilibrado. Tiene claro lo que busca, cómo hacerlo y sabe llevar a todos a ese interés. Tiene mucha dedicación dentro del club pero después sabe desconectar. Es un apasionado. Todo gira sobre el fútbol. Lo vivió desde muy pequeño. Su padre jugaba.

—¿Y cómo es fuera de un campo?

—Una persona muy reservada e introvertida. No puedo decirte mucho, es algo personal. Se refugía en sí mismo y en su familia, eso es privado.

—¿De qué fuentes bebió?
—No habla mucho del pasado. Somos de la misma edad y vimos lo mismo: el Milán de Sacchi, porque quizás la generación nuestra se deslumbró con aquello. Luego, le marcaron entrenadores del Real Madrid. Pero es una persona que analiza y se pregunta el porqué de las tendencias. Intenta crear superioridades en el campo y cómo defenderlas. Habla del futuro y no del pasado. Todo ha cambiado mucho.