Kiko: “Aquella Liga fue una liberación para nosotros”
El 25 de mayo de 1996 el Atlético venció 2-0 en el Calderón al Albacete y se proclamó campeón de Liga. Marcaron Simeone y Kiko.
—Mañana se cumplen 20 años del título liguero del doblete con Antic al frente del equipo rojiblanco...
—Han pasado ya 20 años y cuando logras este título no sabes qué es lo que podía suponer para este club. Es una pena que no se pudiera repetir hasta muchos años después. Además, veníamos de dos años eludiendo el descenso, ante Rayo y Sevilla y esa fue la Liga de la liberación. Nos quitó un peso de encima después de sufrir dos años y no cumplir las expectativas previstas.
—¿Recuerda ese día?
—Sí, claro que lo recuerdo. Estábamos concentrados en Los Ángeles de San Rafael y el Cholo no nos dejó dormir la siesta. Decía que jugándonos lo que nos jugábamos era imposible dormir la siesta. Además, antes de ese encuentro el Espanyol jugó contra el Valencia y si hubiese ganado o empatado éramos campeones. Pero él decía que quería que ganara el Valencia para poder celebrar el título con nuestra afición. Ese partido lo vimos en casas con otros compañeros y él comentaba que no era manera de ser campeón. Fíjate hasta qué punto tenía la obsesión de vivirlo con la gente.
—Imagino que hubo nervios...
—Sí, muchos nervios y con ganas de que llegara el partido lo antes posible. Era la época aquella de lo de no siento las piernas de Rambo y yo tenía el micro en el autobús y yo estaba de cachondeo. Recuerdo a Vizcaíno en un lado, callado. Al Cholo le costaba la manera que tenía yo de asimilar los partidos, que era de soltar lastre. Yo le decía: “Estoy igual de cagado que tú, pero lo muestro de otra manera”. Cuando llegamos al puente del estadio y ví la marea roja que había allí, tiré el micro. Entonces, el que no sentía las piernas era yo. Ahí nos dimos cuenta que no podíamos fallar a toda esa gente.
—En ese partido ante el Albacete (última jornada de la temporada 1995-96) el Calderón se llenó hasta la bandera...
—Es de esos días que a uno se le queda grabado, como el de Ajax en Champions. Parecía que habían puesto gradas supletorias de la gente que había. Es de esos días en los que ves ambientes diferentes. Ahora una semana sí y otra también lo estamos viendo en el Calderón.
—Simeone y usted marcaron los goles ese día...
—El mío fue un poco en fuera de juego. Menos mal que no estaban los de Movistar + porque con lo de líbero te pillan la nariz en fuera de juego... Con la rodilla derecha amortiguo la pelota y a bote pronto marco con la izquierda a Plotnikov, un portero que con el calor que hacía vino a jugar con un chandal negro. Me fui a celebrarlo a la valla de cristal. Recuerdo que había un padre con un niño que tendría dos años y puse la cabeza contra él al otro lado del cristal. Yo no sé si el niño, que ahora tendrá 22 años y le mando un abrazo, lloró de alegría o de miedo.
—Ese Atlético era un auténtico equipazo...
—Sí, era un equipazo, con Molina jugando casi como libre, con Solozábal como jefe de la defensa, con Vizcaíno, como un imán de la pelota, con dos interiores que marcaban entre doce y catorce goles y se aprovechaban de la corpulencia mía y de Penev. Y Biagini, Fresnedoso...