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Peña Eskozia la Brava: 15 años al pie del cañón con el Eibar

El colectivo acompaña allá al equipo donde compita. AS convivió con el grupo para explicar cómo sienten su pasión por los armeros

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La peña Eskozia la Brava camino de Gijón

Ipurua acogerá el domingo un último partido esta temporada y justo después darán comienzo las obras para ganar aforo en su fondo este. Allí se ubican los componentes de la peña oficial del Eibar Eskozia la Brava que, por ese motivo, deberán ser reubicados durante varios meses.

No obstante, bien poco les importa el lugar donde vayan. Siempre siguen al equipo armero. De hecho, en las últimas cuatro temporadas, los choques que se han perdido pueden contarse con una sola mano. Ahora sus desplazamientos son mucho más largos, pero ahí están continuamente. Da igual la categoría. Sería muy difícil imaginar separados a Eibar y Eskozia la Brava.

Hace ya tres lustros algunos jóvenes aficionados tomaron el relevo de la mítica Bombonera. Admiraban todo lo relativo al país escocés y decidieron bautizarse con este nombre. Tras fundarse allá por 2001, los ánimos de Eskozia La Brava nunca faltan en cada encuentro. Hoy rondan los 90 socios. Joseba Combarro, su actual presidente, lleva como miembro del grupo desde que se creó. Ha vivido numerosas aventuras.

“Recuerdo con especial cariño la visita a Girona en Segunda División. Éramos cinco y estábamos allí sin entradas. Tuvimos que ingeniárnoslas. Afortunadamente, las conseguimos gracias al apoyo de los seguidores locales”, reconoce.

DESDE DENTRO

Cada viaje es una auténtica fiesta. Lo comprobé in situ la semana pasada porque fui junto a ellos hasta Gijón en autobús. Una vez certificada matemáticamente su permanencia, los azulgranas no se jugaban nada más aparte de su propio honor y quedar clasificados cuanto mejor posible.

Aun así, unos veinte hinchas, la gran mayoría adolescentes, recorrieron 617 kilómetros en un mismo día para arropar a los suyos en ese duelo ante el necesitado Sporting. Salimos a las 15:15 horas y llegamos sin apenas tiempo para más cosas que verlo. Después del pitido final otra vez al autocar. Entre medias, cánticos o todo tipo de provisiones alimenticias amenizaban el trayecto.

Aunque muchos les tomen por locos, esta es su forma de vida. Disfrutan apoyando al Eibar y lo dan todo desde la grada. Además, la política nunca tiene cabida. Esto también les diferencia del resto.