Omar y Rubén Peña disparan al Leganés ante la Ponferradina
Sus goles no dieron ninguna opción a los leoneses, que fallaron un penalti. El Leganés se reafirma como líder y enfila el camino del ascenso.
El Leganés dio ayer un salto de gigante en sus anhelos de consolidarse en los puestos de ascenso directo después de golear a una Ponferradina que se asoma peligrosamente al pozo de la Segunda B. Para colmo de ilusiones en los pepineros, sus rivales directos pincharon y, por primera vez en mucho tiempo, dejaron vía libre a los madrileños para dispararse en la cabeza.
Comenzó el duelo con ritmo diesel en un Leganés dominador de los primeros 45 minutos. El control pepinero en el inicio fue abrumador, sonrojante para una Ponferradina que se plantó en Butarque con ganas de verlas venir, sin ánimo de generar peligro en la meta de un Serantes inédito, al menos hasta la reanudación. Antes, el portero del Lega pudo observar tranquilo desde su meta como la bola era de único color blanquiazul. Superioridad que, sin embargo, tardó en cristalizar en ocasiones. Eso sí, cuando lo hizo, llegaron, se disfrazaron de goles cantados.
Primero, con un centro de Omar al que no llegó Guillermo y que acabó estrellándose contra el palo de Santamaría. Después, con un mano a mano de Sastre que el arquero visitante salvó en la que se convirtió en intervención de la tarde. Sucedió entonces que el ritmo del encuentro bajó y la morfina y la ansiedad se adueñaron de las piernas pepineras. Justo ahí, paradoojas del fútbol, llegó el primer gol del Lega.
Una internada de Gabriel acabó en dejada de Guillermo y remate seco de Omar. Esta vez Santamaría no pudo hacer nada. El tanto tranquilizó a los de Garitano, también dueños del balón en el arranque del segundo acto. Fabri reaccionó con cambios que lavaron la cara a la Ponferradina.
Así, poco a poco, embestida a embestida, los bercianos cercaron la meta de un Serantes que pasó de espectador a protagonista activo. El empate rondaba su meta hasta que Omar se inventó la jugada del 2-0. El tinerfeño se marchó de tres rivales y sirvió un gran balón interior al recién ingresado Rubén Peña. Él abulense, sereno dentro del área, la picó con categoría y amplió una ventaja que no evitó más sustos para el líder.
Williams, David y Djodjovic gozaron de claras ocasiones. Ninguna tan evidente como el penalti que falló Andy a falta de diez minutos para el final. El mediocentro mandó la bola a la izquierda, lejos de la meta de Serantes, y desaprovechó la última oportunidad para meter a los suyos en el partido. Con el tiempo ya casi cumplido, Rubén Peña certificó la goleada local y desató la euforia de los más de 6.000 espectadores que cerraron el partido al grito de “sí se puede”. Leganés cree hoy más que nunca. Leganés se ve, hoy, más cerca del ascenso a Primera.