Lopetegui: "Que Pinto da Costa haga su camino y deje el mío"
El extécnico del Oporto se defiende en AS sobre las críticas que está recibiendo de su anterior presidente. "Todo el mundo sabe quién es Adrián", dice.
-¿Le sorprenden las críticas hacia usted del presidente del Oporto, Pinto da Costa?
-Me sorprende que tres meses después de mi salida siga diciendo cosas que no tienen mucho sentido, aunque seguramente sea fruto de la mala situación deportiva que está viviendo. Pienso que es una manera de desviar la atención. En todo caso no me gusta hablar mal de alguien por el que he sentido cariño.
-Dijo que usted le engañó porque fichó a Adrián, un “desconocido” para él.
-Cualquiera que esté en el mundo del fútbol sabe quién es Adrián. Había sido titular en la final de la Champions anterior y también un jugador importante en la consecución del título de Liga por parte del Atlético. Quiero pensar que en el club sabían quién era, aunque también tenían a Rúben Neves en su estructura y no lo conocían. Lo que está claro es que si soy responsable de un fichaje que no salió como todos hubiésemos querido, también lo soy del resto de fichajes que después acabaron suponiendo el récord de ventas del Oporto en verano de 2015. Se revalorización muchos jugadores.
-Pinto da Costa dijo más. Por ejemplo que se sintió “engañado” por dejar el equipo “en manos de quien no debía”. ¿Por qué esa frustración?
-No creo que lo esté pasando bien, sinceramente. Tenga en cuenta que la situación que están atravesando ahora mismo no tiene nada que ver con la que dejamos nosotros, empatados a puntos y peleando con el Benfica. Entonces optábamos a cuatro títulos y ahora el equipo está a 12 puntos del liderato en la Liga.
-¿Es verdad, como dice Pinto, que usted se negaba a hablar con él?
-Yo hablaba con él todos los días y tenía una relación magnífica. Nos íbamos a cenar con las mujeres permanentemente. Sinceramente, creo que obedece a una estrategia y tiene poco que ver con la realidad. Es más, las tres últimas llamadas entre el presidente y yo fueron mías para pedirle que me dejara despedirme de los jugadores y ni siquiera me cogió el teléfono. Creo que me había ganado ese derecho.
-También dijo que después de un partido ante el Río Ave hubo un problema entre ustedes en el vestuario, ¿qué pasó?
-No pasó nada diferente a lo habitual, creo yo. Yo tenía charlas fluidas con él, a veces incluso le decía qué planes tenía para los partidos, pero jamás influyó en mis alineaciones ni lo hubiese permitido. Insisto: me quedo con la relación que tuve con él antes de todo lo que pasó. Así que espero que les vaya bien y al menos puedan ganar la Copa. Nosotros también tendríamos algo que ver en la consecución del título porque pasamos cuatro eliminatorias.
-Las últimas críticas hacia usted tienen que ver con que no acepta una rebaja en el contrato de rescisión…
-El contrato se firmó dos días después de mi salida y los contratos se firman para algo. Al igual que yo firmé una cláusula por la que debía pagar por irme del Oporto tras la primera temporada –y pude hacerlo-, él firmó esto y hay poco más que hablar.
-¿Ya que no le coge el teléfono, qué mensaje le mandaría a Pinto?
-Que siga su camino y que me deje a mí hacer el mío, porque yo hace ya tiempo que me marché. No sé muy bien a qué se deben todos estos comentarios. Estoy muy agradecido al club, a sus seguidores y a la ciudad por la experiencia que viví allí. Hicimos la labor de la mejor manera posible. Llegamos con el equipo a 13 puntos del líder, nos fuimos en plena pelea por el título y ahora otra vez están a la distancia que había a nuestra llegada. Eso son datos.
-¿Por qué el presidente se refugia en usted en vez de hacer autocrítica?
-No lo sé, yo he conocido a una persona que ahora mismo no reconozco. Pinto se despidió de mí entre lágrimas y abrazos muy sinceros. Tengo mucho cariño al club y al presidente, aunque la gente no lo crea. No hay nada malo que decir sobre él.
-El Oporto con usted perdió 3 partidos de 50 de Liga (sólo uno esta temporada) y ahora en 14 ha perdido 5. ¿Cómo lo explica?
-No soy yo quien debe dar la explicación ni tampoco estoy siguiendo demasiado al equipo. Veo más fútbol de otras ligas. Me da pena porque tiene mucho más potencial. Es curioso, porque cuando nosotros dirigíamos allí los jugadores eran los mejores del mundo y ahora no valen para nada. A mí me parece un vestuario de mucho valor y tengo un gran recuerdo de ellos.
-¿Todas estas críticas pueden haber sido una estrategia política con motivo de las elecciones que Pinto da Costa ganó el pasado fin de semana?
-No lo sé, uno es responsable hasta que deja de dirigir en el club. Sí es verdad que tuvimos un ambiente difícil mientras nos tocó dirigir allí. La contestación de algunos hinchas fue desmesurada después de perder nuestro único partido de la temporada. Tuvimos que estar cuatro o cinco horas en el estadio sin poder salir ante su enfado.
-Ni siquiera batir el récord de Mourinho de 22 victorias consecutivas en casa alivió el ambiente. ¿Por qué antes había peor respuesta de los hinchas que ahora?
-No soy capaz de explicarlo, pero sí es significativo. No procedía lo que ocurrió tras la derrota ante el Sporting. Era la primera derrota y tuvimos que salir a las cinco de la mañana casi como delincuentes de nuestro propio estadio. Después, en una situación deportiva mucho peor, no ha existido algo igual. Me alegro de que eso se haya corregido por el bien del club, de los jugadores y de los verdaderos portistas. Esa presión no hacía bien.
-Ustedes perdieron 8 partidos de 80 y sin embargo el ambiente estaba enrarecido. ¿Es un club el Oporto con un entorno demasiado difícil?
-Creo que la tranquilidad y el ambiente es muy importante para un club y allí la contestación de algunos hinchas era difícil. Aún así, la respuesta de los jugadores fue muy buena. Cinco días antes de mi destitución el equipo era líder.
-¿Es más fácil apoyar a alguien de la casa que a otro como usted venido de fuera y con un método totalmente distinto?
-No quiero caer en eso. Son situaciones que en 2016 quiero pensar que están superadas. Yo he sentido mucho respeto de Portugal y Oporto. Quizá yo tampoco supe ganarme el cariño y el respeto de la gente. También tendré mi parte de responsabilidad por no haber caído mejor o no haber sonreído más. Pero mantengo que deportivamente hicimos un buen trabajo.
-¿Cree que podía haber cumplido los objetivos de seguir en el Oporto?
-Yo ya he pasado página. Como entrenador tienes que saber hacerlo. Creo que hicimos un buen trabajo. Estábamos peleando la liga, teníamos una eliminatoria de Europa League abierta y prácticamente nos encontrábamos clasificados para la final de la Copa.
-¿El Oporto se ha sobrepasado en su etiqueta de club vendedor?
-Uno tiene que ser hombre de club. La revalorización de una temporada a otra cuando yo estuve allí fue bestial. Vendimos a muchísimos titulares y batimos todos los récords de ingresos. Ojalá no hubiéramos invertido ni un euro y hubiéramos logrado mantener el bloque. Pero hicimos un equipo totalmente nuevo y con ese equipo nuevo estábamos compitiendo dignamente y peleando por la liga.
-Hay jugadores que usted tuvo allí y explotaron (Casemiro) y otros que sin usted no han rendido igual (Óliver, Danilo, Jackson). ¿Qué opina?
-Hay jugadores que tienen más posibilidades de tener éxito en determinados estilos de juego. Nosotros tratamos de trabajar de la menor manera posible con ellos. Muchos se revalorizaron y nos alegramos de que les vaya bien, como Casemiro o Alex Sandro. Y seguro que Óliver acabará teniendo un nivel altísimo, al igual que Danilo.
-¿Qué objetivo se marca ahora?
-Esperar a tener opciones buenas y que me ilusionen como proyecto deportivo. Hay que saber elegir bien. De aquí a final de temporada veremos lo que hacemos. Los entrenadores somos muchos y estamos varios en esta misma situación. Lo que sí me gustaría es empezar ya la temporada que viene. Hemos tenido opciones hasta ahora, pero creemos que es mejor empezar la temporada de cero.
-¿Alguna preferencia? ¿Club o selección?
-Un entrenador no se cierra las puertas a nada. Yo me siento identificado con determinados clubes y proyectos por la manera de trabajar. Más que un país u otro, una liga u otra, me gustaría poder desarrollar una manera concreta de jugar y competir. Vamos a esperar lo que nos depara el marcado.