NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

366 HISTORIAS DEL FÚTBOL MUNDIAL | 16 DE ABRIL

Egipto gana la primera Copa de África (1957)

Actualizado a
Egipto gana la primera Copa de África (1957)

La Confederación Africana de Fútbol (CAF) se creó en 1956, en Sudán, e inmediatamente dispuso la creación de su propio campeonato continental, a celebrar igualmente en Sudán. No puede  decirse que fuera un éxito de participación, porque solo se inscribieron Egipto y Etiopía, además de la propia Sudán. El título fue para Egipto, que tenía el fútbol más desarrollado del continente por entonces. Egipto ya se había atrevido a apuntarse para el Mundial de 1934, en el que se  enfrentó a Hungría, a la que tuvo en jaque hasta caer, en la segunda parte, por 4-2. Dejó gran recuerdo uno de sus jugadores, Fawzi.

No fue un éxito de participación, pero la primera piedra estaba puesta y la Copa fue cuajando poco a poco. Se estableció una frecuencia bienal que pasó a los años pares en 1968, y aunque en principio fueron dominadores los países del norte, donde el fútbol apareció bastante antes que en el resto del continente, pronto Ghana (en 1963) iba a dejar constancia de la fuerza del fútbol subsahariano, con dos títulos consecutivos. Desde entonces se ha establecido una cierta rivalidad entre el fútbol del norte o el sur del Sáhara, dos grandes áreas con notables  diferencias culturales y étnicas. Esa rivalidad animó la Copa, que fue continuamente a más en participación. De unas simples eiminatorias, cuando había pocos participantes, se pasó a fases de clasificación por grupos. Y de unas cortas fases finales de solo cuatro clasificados se saltó,  ya en 1992, a doce finalistas, y desde 1996 a dieciséis, como es ahora.

La presencia de jugadores africanos en el fútbol europeo ha ido creciendo a su vez durante todo este tiempo, y eso ha fijado la atención de Europa en los últimos años en la Copa. Si en los años cincuenta o los sesenta eran muy pocos (algo más en Francia, de fútbol siempre más  africanizado, muy poco en el resto), luego ha crecido mucho. De casos aislados como Ben Barek en España, luego los Eusébio y Coluna en Portugal, o Riahi, Keïta o Zaki Badou en España de nuevo, se ha saltado a decenas de jugadores de aquel continente en cualquier gran  campeonato europeo. Eso creó al principio problemas a la Copa de África, hasta que esta decidió instalarse en enero, mes en el que hacen pausa invernal más o menos prolongada muchos países europeos, con lo que los jugadores pueden acudir sin demasiados problemas, aunque en el caso de España, donde no paramos en enero (no solo eso, sino que en ese mes incluso comprimimos entre semana dos eliminatorias de Copa, los octavos y los cuartos), sí  produce una alteración seria a algunos equipos. Pero la condición de figuras en el gran fútbol de clubes europeos de muchos de los jugadores participantes hace que sus partidos cobren un interés para las televisiones, lo que produce estupendos ingresos a la CAF. Aquel campeonato tan penosamente puesto en marcha en 1957 es ahora una de las competiciones más seguidas en el planeta, y singularmente en Francia, donde el número de jugadores africanos es enorme. Pero inevitablemente arrastra alguno de los problemas del continente. Al regreso de una de las ediciones, el dictador de Costa de Marfil hizo ingresar (como ya se ha visto el día 31 de enero) a sus jugadores en un campo militar por estimar que no se habían empleado suficientemente. Y el último celebrado (2010), empezó con una tragedia: el ataque terrorista de los independentistas de Cabinda a la selección de Togo, que tuvo que retirarse por ello.