YOUTH LEAGUE | REAL MADRID 1 - PSG 3
El Juvenil empieza a sufrir la maldición de la Youth League
Un gol del PSG en el 83’ apeó de la final al equipo de Solari, que fue superior muchos tramos del partido y perdonó. Acabó con diez por la expulsión de Lazo.
Se puede empezar a hablar de maldición en la Youth League para el Real Madrid. En la primera edición, en 2014, los chavales por entonces de Ramis se plantaron en la Final Four de Nyon pero en 16 minutos contra el Benfica ya perdían por 0-3, el año pasado cayeron en octavos contra el Oporto a los penaltis y en 2016 el PSG destrozó los sueños del equipo de Solari con un injusto 1-3.
Porque los canteranos blancos fueron superiores en muchos tramos del partido y hasta el infausto minuto 83 en el que Kanga les cazó con una contra, el partido iba 1-1 y con el PSG achicando agua como podía. Un gol que descompuso al Juvenil y condenó su arrojo. Eran ellos que empujaban y apretaban por el triunfo.
Empezaron a pedalear con piedras en los bolsillos por culpa de un accidente. En el minuto 6 un centro de Edouard golpeó en la espalda del lateral blanco Achraf y se coló sin que Luca Zidane pudiera reaccionar. Pero donde aquella generación fue sepultada por un alud de mala suerte, esta de Borja Mayoral, Febas, Lazo y compañía se puso en pie, le perdió el respeto a los espigados futbolistas del PSG y con la paciencia de la hormiga voltearon su situación. Con paciencia y el arte de Lazo. El gaditano se inventó un recorte sensacional que obligó a Georgen a cometer penalti. Mayoral engañó a Descamps y dio una dosis de tranquilidad al Juvenil blanco. Se abrió un nuevo mundo en el que el PSG ya no intimidaba y el Madrid empezó a imponer su juego. Apoyado en las paradas de Luca Zidane (le arrebató a Augustine un gol hecho) y con un Mayoral que, raro en él, no acertó solo ante Descamps justo cuando agonizaba la primera parte. Un balón que pudo cambiarlo todo.
Una vez digerido que el PSG era superabe, el Juvenil blanco salió la segunda parte con picante. Cedrés cató la cepa del poste en el 51’ y menos de dos minutos después Lazo no aprovechó un balón cedido por Mayoral cuando estaba ya mirando a los ojos del portero galo, que sacó la punta plateada de su borceguí para desviar un gol cantado. Luca reincidió en su manía de atormentar a los jugadores parisinos echando por tierra otro mano a mano a Edouard en el 60’.
Y entre arreón y arreón blanco donde sólo faltaba el último pase, el PSG mantuvo viva su llama (también la física) hasta la zona Cesarini y ahí fue donde ejecutó al Madrid con Kanga. Un gol que fue cicuta. Lazo perdió los nervios y vio una roja en una patada y Augustine abusó con un 1-3 en el que hasta Luca Zidane estaba ya con los brazos bajados. Demasiado castigo. La Primera del Juvenil tendrá que esperar.