“Que Iniesta no tenga el Balón de Oro es una injusticia cósmica”
No se corta con nada este culé convencido, que ha sabido construirse una marca personal tan singular y poderosa que le aporta fama, fortuna y una legión de seguidores.
—Una derrota en casa contra un equipo que entrena Zidane, ¿se lleva de otra manera?
—A mí Zidane me encanta como entrenador y como personaje. No me gustan ciertas actitudes del Real Madrid, más prepotentes. Hay que saber perder y hay que saber ganar.
—¿El asunto de la independencia ha ensombrecido la rivalidad entre el Madrid y el Barça?
—No. Creo que hay gente interesada en politizar al Barça y creo que es un error. El Barça es un club de fútbol y al margen de consideraciones políticas, aquí cabe todo el mundo y por eso es más que un club.
—Cruyff estuvo siempre por encima de esos temas.
—Ha sido una figura y ha trascendido a los clubes. No es patrimonio exclusivo del Barça. Es una figura mundial, incluso fuera del fútbol. El otro día estaba repasando frases que había dicho y las puedes aplicar a los negocios. El sun tzu o arte de la guerra en los negocios, visto a través del fútbol, lo escribió él. Yo le hice una entrevista y fue maravillosa. Me dijo que cuando llegó al Barça se dio cuenta de que necesitaba valentía y que los catalanes no eran tan valientes como los vascos, y fichó jugadores vascos. Le pregunté: “¿Los catalanes son cobardes?” Y me contestó: “No, ya no. Lo eran”.
—¿Qué le parece la irrupción de Piqué y su Periscope?
—A mí me parece muy bien que la gente utilice las tecnologías para llegar directamente a sus fans sin pasar a través de los medios.
—¿Esta nueva manera de entrevistarse a uno mismo afecta al periodismo?
—Los periodistas tenéis un problema de intrusismo. Cuando alguien hace algo que parece que os está quitando el trabajo, os alarmáis. Pero no es eso. Está generando otro tipo de comunicación con sus fans. No es una entrevista. Él se pregunta lo que le da la gana. Me parece muy bien que haya transparencia, básicamente porque vivimos una época en la que se nos demanda cada vez más autenticidad. Y no hay nada más auténtico que un vídeo en directo. Porque no puedes poner filtros.
—¿Usted se siente cómodo haciendo entrevistas?
—No las llamo entrevistas, y no por pretensión, sino porque no siguen los parámetros de una entrevista. No me preparo un cuestionario de preguntas y además muchas veces opino delante del invitado. Me gusta más el término conversación.
—¿Recuerda alguna especialmente complicada?
—Mis conversaciones-entrevistas no han necesitado de la polémica para ser relevantes. Yo creo que una conversación es buena cuando desnuda la mente del invitado, pero es extraordinaria cuando el invitado decide desnudar su alma. Lo que sí he comprobado es que el grado de autenticidad de esa conversación depende de cuando el entrevistador se moje también.
—Se dio a conocer en la tele por un perfil arisco, borde. ¿Eso estaba premeditado?
—¿Qué es ser borde? El adjetivo lo rechazo frontalmente. ¿Ser borde es decir lo que uno piensa? ¿Ser borde es tener un criterio propio que no coincide con el de los demás? ¿Ser borde es decirle a la cara las cosas a la gente y no por detrás? Si todo eso es ser borde, yo soy borde.
—Pero ¿lo forzaba? ¿era estudiado?
—Si la honestidad hay que forzarla, tenemos un problema todos. Si ser brutalmente honesto ante alguien hay que forzarlo y hay que crear un personaje, ya no es mérito mío, es demérito del entorno. Yo iba a un sitio y decía lo que opinaba sobre unos cantantes, al igual que le digo a Sabina lo que opino de su próximo disco y no me hace ni mejor ni peor. Que eso llame la atención dice muy poco a favor del entorno.
—¿Llegó a la televisión con la intención de crear un personaje polémico?
—La cámara es un detector de mentiras. Puedes engañar durante un tiempo pero tarde o temprano te descubre. Llevo más de diez años en la tele y me habrían pillado, porque yo no soy actor. Yo no sé engañar a una cámara. No entiendo que alguien que ha hecho de la honestidad su bandera tenga que ser un personaje. ¿No será que todos los demás están fatal? ¿No será que en el entorno en el que estamos prima la mentira, la impostura, el postureo?
—¿Alguna vez se ha arrepentido de haber provocado desazón a los chavales que se presentaban a los concursos?
—Esa es otra cosa que me fascina de los medios de comunicación. Intentáis retratar una realidad entre víctimas y opresores, entre buenos y malos. Lamentablemente la realidad no es blanco y negro, y menos en un concurso en el que los chavales firman unas bases, en las que piden que alguien como yo les juzgue. Y menos en un concurso en el que cuando yo hablaba el share se disparaba y gracias a eso el chaval tenía su momento de gloria. Entrar en el juego de si he sido bueno o malo para esos chavales... No voy a entrar ahí. Yo sé que he hecho mi trabajo y que lo he hecho muy bien.
—Usted es publicitario y, sin embargo, en sus primeros libros siempre utilizaba el término ‘negativo’. ¿Estaba jugando a la contra?
—-Lo que no se puede hacer en publicidad es dejar indiferente. Le recuerdo que hay campañas maravillosas, como la de Benetton, que durante muchos años han estado mostrando cosas que estarían prohibidas en una campaña, como un enfermo de sida muriendo en su cama. Y eso es publicidad, no nos olvidemos. Y veinte años después nos acordamos de esa pieza. Lo que no puedes hacer es dejar indiferente. Yo lo he intentado siempre. Creo que cuando tú exiges a alguien que se siente con un libro tuyo o un programa y te dedique su tiempo y su dinero a cambio le tienes que dar como mínimo el no dejarle indiferente.
—¿Le falta al Real Madrid una buena campaña de imagen?
—Yo creo que el márketing no lo puede todo. Tiene que partir del producto. Y en el fútbol, gran porcentaje del producto consiste en que la pelotita entre. Es así. Si logras los seis títulos eres de colores. Luego está la gestión de los activos: tu relación con las marcas, con los medios y tu relación con los aficionados, y creo que en estos tres casos hay cosas mejorables. Y no sólo en el Real Madrid, sino en muchos clubes. El fútbol mueve mucho dinero, como para que todo esto se profesionalice, como pasa en la Premier. En relación a las marcas estamos todavía a años luz. Los patrocinios deberían ser como en Estados Unidos. Aquello es como una teletienda, pero bien integrada en el show.
—¿Haría mejor publicidad con Cristiano o con Messi?
—He trabajado con Messi alguna vez para una fundación. Es una persona tremendamente fácil para trabajar. No es nada divo, lo que se esperaría de un número uno mundial. Es un tipo de lo más normal. Recuerdo que incluso le estuve puteando durante el rodaje. Tenía que dar unos toques y yo le decía: “No vale, más, más”. Y el tipo me miraba, sonreía y lo seguía haciendo. Con Cristiano no he tenido la suerte de trabajar y espero hacerlo algún día.
—¿Qué impresión tiene de Cristiano Ronaldo?
—Me parece que es un excelente deportista. Es un tipo con un físico espectacular y con unas capacidades técnicas fuera de serie, por eso está donde está. Lo que hace fuera del campo es lo que me parece menos interesante y, sinceramente, espero que no se tome como modelo para los chavales.
—En sus libros, hace siempre algún tipo de llamamiento al lector para que espabile, para que se mueva detrás de sus sueños. Parece cerca de la autoayuda.
—Lo más valioso que tengo es la experiencia acumulada, lo que me ha pasado. Cuando doy una conferencia, lo que comparto es lo que me ha pasado a mí. No pretendo dar lecciones a nadie, lo que sé es lo que a mí me ha funcionado como empresario, como personaje público, como ciudadano y como padre. Y a partir de ahí que cada uno elija los ingredientes que le sirvan para su propia cocina. Es la única pretensión. Para cambiar el mundo están otros que saben más que yo.
—¿Y es una manera también de llamar la atención darle el prólogo de su libro a una estrella del porno?
—Eso es un ejercicio contra el prejuicio. Yo defiendo que el prejuicio es una oportunidad de actualización que te pone la vida. A mí me pasó con Amarna Miller. La entrevisté, y pensé: actriz porno... a ver qué discurso tiene. Y resulta que es licenciada en bellas artes, con una gran cultura y que escribe muy bien y se dedica al porno porque le gusta. Y eso rompe prejuicios. Eso me moviliza a mí.
—¿Cuál es el personaje del fútbol que más le llama la atención?
—Mourinho. Es un tipo que ha construido su carrera como entrenador a golpe de carácter y eso me parece fascinante. Hubo salidas de tono inaceptables y hubo momentos vergonzosos para todos. Pero es un tipo que consiguió que las ruedas de prensa fueran tan importantes como los partidos.
—¿Es normal que Iniesta no haya ganado el Balón de Oro?
—Es una injusticia cósmica y de la que algún día deberían responder ante algún tribunal los tipos que han impedido que eso ocurra.
—¿Quién sería el Risto Mejide del fútbol?
—No me toca a mí decirlo. Creo que cualquier marca personal o industrial en estos momentos se debe a la autenticidad. Y yo me considero auténtico, fiel a mí mismo, a lo que pienso y lo que creo.
—¿Su fina intuición le dice que el Barça va a ganar la Champions?
—Mi fina intuición me dice que siempre que he hecho un pronóstico se cumple lo contrario. Por eso espero que la gane el Real Madrid.