Pina quiere Los Cármenes hasta la bandera contra el Málaga

Cuando llega la hora de la verdad, Pina trata de no dejar cabos sueltos. Llenar Los Cármenes ante el Málaga es un objetivo prioritario, consciente el presidente de la importancia de tener a favor el factor público. El club ha puesto a la venta 3.000 entradas que podrán ser adquiridas por los abonados a precios muy por debajo de su valor, que oscilan entre los 10 euros de esquinas y preferencia y los 20 de tribuna, cantidades que rondan apenas un tercio de lo que suele ser habitual. Las entradas están a la venta en la taquilla del estadio desde la tarde de este martes y la promoción limita la compra a cuatro localidades por cada abonado con la intención de que la oferta esté lo más repartida posible y premie la fidelidad de los socios para que puedan acudir con sus familiares y amigos. El Granada ha enmarcado la iniciativa en los actos promocionales con motivo del 85 aniversario de la entidad que se cumple el próximo 14 de abril y que se llevarán a cabo durante todo este mes.

Pero en realidad, más allá de efemérides y coincidencias, Quique Pina quiere que Los Cármenes sea una caldera, que los rivales que pisen el verde nazarí sientan la presión de verdad. El presidente sabe que ahora todos los detalles suman y considera más que oportuno que, a ser posible, el viernes no quepa un alfiler en la grada o como mínimo que la entrada se acerca mucho al lleno. Esta promoción, con tres mil personas más, casi lo asegura a lo que hay que sumar la convocatoria que tiene el Málaga entre la afición rojiblanca y las visitas de los seguidores del equipo visitante que estarán repartidos por la grada.

Pina suele cuidar a la afición en los tramos finales de los campeonatos. Hace seis años, cuando el Granada estaba luchando por ser primer de su grupo en Segunda B para tener el factor campo favorable en la primera eliminatoria por el ascenso, el presidente fletó tantos autobuses como hizo falta para trasladar a la afición a Lorca donde el Granada se midió como visitante al Caravaca en el penúltimo partido de la liga regular. Un gol de Ighalo bastó aquel día y Pina se salió con la suya como tantas otras veces.