Ángel Gómez, delfín de Perarnau y un trotamundos del fútbol
Nació en Sevilla, se crió en Frankfurt y vive en Barcelona, aunque ha estado dos años de director técnico en Ecuador. Así será el nuevo director deportivo.
Si no surgen cambios de última hora, algo que puede ocurrir en un club especialista en dar giros —al menos hasta ahora— como el Espanyol, Ángel Gómez será el nuevo director deportivo blanquiazul y quien se encargará de configurar el proyecto de Míster Chen sobre el césped. Ligado al club perico desde 2011, cinco años después este sevillano criado entre Frankfurt y Barcelona puede ocupar un cargo de alta responsabilidad, un sueño en su trayectoria deportiva y que copa sus más de 30 años ligado al fútbol. Pese a su extensa relación con el Espanyol, es un desconocido para el mundo perico, dada su poca visibilidad y su trabajo en la sombra como secretario técnico. ¿Cuál ha sido su camino?
De madre sevillana y padre gallego, Gómez nació en la capital andaluza en 1976 pero a los tres meses se trasladó a vivir con su familia a Frankfurt (Alemania). De pequeño, comenzó a jugar a fútbol en la escuela del Eintracht hasta que con 12 años cambió de lugar de residencia. Sus guiños con el Espanyol ya empezaron a sucederse siendo futbolista. De adolescente jugó en el Cervellò, Incresa y Santfeliuenc, cuyo técnico fue el exconsejero responsable del Área Deportiva Iñaki Pérez de Arrilucea.
Acomodado en el interior zurdo, llegó a jugar de profesional en clubes como Cornellà, Santboià, Manlleu o Balaguer, donde tuvo de entrenador a la persona que, en 2011, le propuso fichar como responsable del mercado en Sudamérica del Espanyol, Ramon Planes. Pero antes, Gómez se formó como entrenador y director deportivo.
Licenciado en Psicología, especializado en la rama deportiva y entrenador UEFA PRO (Título Nacional), el sevillano empezó de entrenador en el Juvenil del Europa y con 26 años fue nombrado coordinador de todo el fútbol base. Permaneció en el cargo hasta 2009 y logró que todos los equipos de la cantera jugasen en División de Honor o Preferente, las categorías más altas del fútbol catalán.
En 2010 se fue a vivir a Ecuador. Le llegó una oferta del Barcelona... de Guayaquil. En aquel curso, el equipo dirigido por Benito Floro se logró salvar en la última jornada. De la mano de Gómez, el primer equipo pasó a pelear por entrar en la Copa Libertadores, aunque un gol le impidió clasificarse y se tuvo que conformar con participar en la Copa Sudamericana, un símil a la Europa League. En 2011 se trasladó a Quito para ser director deportivo del Independiente, y además se hizo cargo del equipo Sub-18, donde logró el campeonato nacional.
Embarazada su mujer de mellizos, el director deportivo decidió regresar a España y, dados sus conocimientos del mercado sudamericano, trabajó de responsable para el Espanyol de la mano de Ramon Planes. Óscar Perarnau lo convirtió, en diciembre de 2012, en secretario técnico. Hasta su marcha en enero, fue su mano derecha, uno de los ayudantes del gran legado del anterior director deportivo. Y su alumno más aventajado.