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366 HISTORIAS DEL FÚTBOL MUNDIAL | 30 DE MARZO

Romerito se hace famoso de golpe (1989)

El jugador de fútbol del Barcelona, Romerito, posando.

Estamos en jueves. El sábado el Barça va a recibir al Madrid. Es el Barça predream team, cuando Cruyff aún da algunos palos de ciego. El club puede fichar a un tercer extranjero y Cruyff ha pedido al líbero holandés Koeman, que puede ser adquirido… pero a partir del verano. Entonces Cruyff mete prisa y, ante la inminencia de la visita del Madrid, exige el fichaje de Romerito. ¿Y quién es Romerito? De un día para otro, solo se habla de él.

Romerito es el cuñado de Amarilla, que había sido jugador del Barça y del Zaragoza y es paraguayo, como él. También es amigo de Cayetano Ré, ex jugador de la casa, paraguayo igualmente, un buen goleador que pasó por el Elche, el Barça y el Espanyol. (Ré fue uno de los siete paraguayos que un agente avispado se trajo tras la buena imagen que dio aquel país en el Mundial de 1958: Lezcano, Achúcarro, Agüero, Parodi, Romero, Ré y Amarilla. Los dos medios y los cinco delanteros. Aquel Mundial prestigió en Europa al fútbol paraguayo, hasta entonces desconocido.) Romerito había destacado en el Mundial Juvenil de Japón (el que encumbró a Maradona). Ya no es tan niño, tiene veintinueve años y no ha terminado de triunfar. Tras unos buenos inicios en Paraguay se desperdició en el fútbol norteamericano, enrolado en el Cosmos. Luego, por medio de Carlos Alberto, había fichado por el Fluminense, donde militaba ahora. Cruyff tenía un buen recuerdo de él de la liga norteamericana, en la que también militó. Insiste, insiste e insiste en que se lo fichen. El Barça se decide a invertir el montante de un amistoso que ha vendido a TVE ante el Sredets de Sofía, y que se va a jugar el próximo día 4. Por fin viene Romerito, rodeado de una gloria sensacional, como arma secreta para «el clásico». El Madrid va mejor que el Barça ese año y se encamina a la quinta liga consecutiva de la Quinta del Buitre.

El 1 de abril Romerito está, en efecto, presente en el clásico. Empieza de delantero y acaba de mediapunta. En el minuto 80 es sustituido por Julio Alberto. Lo que queda de su paso por el partido es muy poco: en el 35’ falla un gol claro a dejada de Salinas; en el 41’ se le escapa otra oportunidad clara. En el 44’ mete por fin un buen cabezazo, pero Buyo responde con una buena parada. Fue una fase de diez minutos de gran dominio del Barça, que se quedó en nada precisamente por falta de remate de un buen delantero centro. El partido discurrirá hacia el final sin goles. Romerito, agotado, va desapareciendo del juego paulatinamente, hasta su sustitución. El arma secreta ha resultado un fiasco. Cruyff, que ya había dado el cante en la primera jornada al sacar de titular en Valladolid a un canterano llamado Lucendo (que ni había hecho la pretemporada con el equipo ni repetiría luego presencia en él), queda en evidencia ante sus enemigos, que le acusan de hacer extravagancias exhibicionistas.

Pero, más allá de esos extravíos, en otro lugar de su cabeza estaba precocinando el dream team, que ganaría la liga los cuatro años siguientes. Y la Champions, la primera del Barça. Así que iba a compensar sobradamente los casos Romerito y Lucendo.