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SEVILLA 3 -BASILEA 0

Sevilla, champagne más Reyes

Aroma francés en el Sevilla. Dos goles de Gameiro, otro de Rami y la clase de Reyes meten en cuartos al Sevilla, que marcó los tres goles en apenas diez minutos.

Sevilla, champagne más Reyes
Jose Manuel VidalEFE
BEIN SPORTS

El Basilea claudicó al miedo escénico del Sánchez Pizjuán y en diez minutos se olvidó del sueño de la final, su final. El Sevilla de Emery, sin embargo, mantiene el suyo, volver a St. Jakob Park el 18 de mayo. Llueva o haga sol, se lesionen Vitolo, Konoplyanka o Nzonzi, es un equipo con un corazón indomable. Y cuando todas las nuevas estrellas se caen, por ahí aparece ese geniecillo, José Antonio Reyes, que da sus últimas pinceladas con la misma clase con la que despuntó en la carretera de Utrera. El futbolista que cabalgaba imparable con unas conducciones meteóricas es hoy un fino estilista. Pero sigue siendo una delicia verlo. Reyes frió al Basilea. Primero asistiendo a Rami, gran temporada del central, y luego a Gameiro, qué decir del velocista. Efervescente, Gameiro está dolido por el olvido de Deschamps, que ha preferido mirar a otro lado y no a sus 21 goles esta temporada. La respuesta de Kevin fue un doblete más. “Seguiré marcándolos aquí”, dijo al final del partido. Al francés se le caen los goles de los bolsillos. El primero se lo encontró. En el segundo pataleó. Sabe que, en este minuto, marca de cualquier forma.

La ida mintió. El Sevilla, que se ve en cuartos en medio de la creencia convencida de su gente de que es posible llegar a otra final, era aplastantemente superior a un rival que cayó por su propio peso. Dejó a una llegada peligrosa con 1-0 que resolvió con brillantez David Soria, portero que explica bien por qué Emery es tan respetado en los vestuarios. Aprovechó su oportunidad y lo mantiene en Europa. La insospechada película antes del descanso, con Gameiro y Reyes pisando el acelerador, dejó sin ánimo al Basilea y con los deberes hechos para el Sevilla, que recibió alguna mala noticia más hasta el final. Otra lesión, la de Krohn-Dehli, y un calambre de David Soria. Pero también una excelente. Reapareció Krychowiak, el soldado polaco, listo para el tramo clave de la temporada. Al Sánchez Pizjuán le dio tiempo a darse la vuelta al casette de viejas y nuevas canciones al sevillismo y se prolongó un partido más la sensación de inviolabilidad en Nervión. Once partidos consecutivos ganados en la Europa League, nuevo récord. Diecisiete partidos seguidos ganando. Nervión se ha convertido en un santuario.