El Nápoles gana por la mínima y sigue a tres puntos de la Juve
Al Nápoles le bastó el gol de penalti de Higuaín para ganar el partido y sigue persiguiendo a la Juventus, lider de la Serie A. El Palermo se queda a un punto del descenso.
Segundo triunfo consecutivo para el Nápoles de Maurizio Sarri, que con un gol de penalti firmado por el imparable Gonzalo Higuaín vuelve a acercarse a la Juventus y aleja al Roma: los bianconeri, ahora, solo están a tres puntos, mientras que los de Spalletti, a pesar de sus ocho victorias consecutivas, siguen a cinco puntos del segundo puesto partenopeo.
Los rosanero no lo tenían nada fácil, tras la semana loca que vivieron. Su presidente Maurizio Zamparini por enésima vez decidió cambiar de entrenador: antes peleó públicamente con Iachini, luego rechazó sus dimisiones, y al final se vio obligado a fichar a Novellino, su séptimo cambio de banquillo en este curso. Los partenopei, superiores y conscientes de las dificultades de los rivales, empezaron el partido con mucha intensidad dominando la posesión del balón. Tras haber desperdiciado varias oportunidades, en el 22', el árbitro Rocchi concedió un penalti por una doble falta a Higuaín y Albiol durante la ejecución de un saque de esquina. El Pipita se encargó del lanzamiento y no falló, llegando a 27 tantos en la Serie A e igualando su mejor registro en un campeonato, cuando aún faltan nueve jornadas.
Antes del descanso el Palermo tuvo su única ocasión con Vázquez, que finalizó un contragolpe con una rosca que Reina neutralizó con un paradón. En la reanudación los azzurri continuaron dominando y creando peligro, aunque su falta de puntería dejó con vida a los rosanero hasta el final. Insigne, Higuaín y Mertens (que sustituyó a Callejón) pudieron redondear el marcador, pero sus fallos no tuvieron repercusiones puesto que este destrozado Palermo no tenía fuerza para acercarse al arco azzurro. El partido acabó así, y ahora los sicilianos solo gozan de un punto de ventaja sobre el Frosinone y la zona de descenso, una situación desesperada que causó las enfurecidas protestas de los tifosi locales, que no comparten la lunática gestión de su presidente.
Los de Sarri, olvidadas las decepciones de febrero, mandan otro mensaje a la Vecchia Signora, que en esta semana tendrá que jugar en Múnich y visitar al Torino en crisis en un derbi siempre complicado: a nueve jornadas para el final, la lucha por el Scudetto sigue estando muy viva.