“Los socios compromisarios deberían salir por sorteo”
Ramón Calderón (Palencia, 26-05-1951) fue presidente del Madrid desde el 2 de julio de 2006 hasta que dimitió el 16 de enero de 2009 cansado de insidias y denuncias.
¿Cómo ve las elecciones a compromisario?
—El sorteo es la única forma de que las elecciones sean limpias y de que los que están en el poder no anden buscando la forma de poner a sus afectos. Creo que así es como se hace en el Barça. Así nadie puede hacer ninguna maniobra para poner a los suyos. Hay gente que era contraria a la actual directiva que han dejado de ser compromisarios por este sistema.
—¿Intentó usted formar una asamblea favorable cuando fue presidente?
—Yo no me preocupé mucho, pero era notorio que cuando hay unas elecciones a compromisario cada uno busca a los suyos, a los que se supone que te apoyarán y que tienen el mismo criterio que tú. Pero a mí nunca me gustó. Cuando yo fui presidente nunca me ocupé de ello… La forma ideal es hacerlo por sorteo.
—Presidió una asamblea muy polémica en 2008… Se colaron diez personas.
—Un juzgado decidió archivar el caso ante las pruebas abrumadoras sobre mi nula participación en lo ocurrido. Es muy triste que después de esta decisión judicial el club ni haya informado a los socios. Hubo una intoxicación de la opinión pública alentada por el club, mezquina y miserable, que presentó como un “atraco” a los socios la asistencia de 10 personas a una reunión de 1.370 que en nada influyeron en las decisiones que se adoptaron. El actual presidente no defendió al presidente que le precedió, ante acusaciones muy graves, probadas como falsas, y sí pidió un indulto para un expresidente de otro club que cumple condena por otros delitos.
—¿Cómo vivió los procesos judiciales contra usted que venían derivados de su gestión en el Madrid?
—Ya se han archivado todas las causas pendientes. Pero es una victoria pírrica, porque el daño ya está hecho. Todos se empeñaron en airear acusaciones falsas. Y así se demostró. Ni siquiera se ha celebrado un juicio contra mí. Los jueces no han encontrado pruebas para juzgarme. No me absolvieron, es que ni siquiera hubo juicio. A los que sí han juzgado son a tres personas condenadas con sentencia firme como delincuentes, que además están vinculadas al Madrid. Unos condenados por calumniar y el otro por falsificar votos.
—¿Qué panorama ve para estas elecciones?
—Pues al que va al Bernabéu a pedir una papeleta para presentarse le piden el nombre, el número del DNI… Si pide más de una le ponen trabas. Ponen trabas porque están nerviosos.
—¿Por qué no intentó cambiar el modelo cuando fue presidente?
—Perdone, hice una comisión formada por catedráticos, fiscales, jueces, profesores de Universidad… Cuando fui presidente me preocupé tan poco por tener atada la asamblea que era mayoritariamente del grupo de Florentino. Y echaron abajo los estatutos que planteé, que eran modélicos. Pocas veces un club podrá tener unos ponentes de unos estatutos como los que tenían aquellos que fueron rechazados. Ahí tiene la prueba del poco interés con el que se ocupó mi directiva de tener la asamblea atada. Pensé que si de verdad tenía el apoyo del socio perfecto. Y que si no, a otra cosa. Ese afecto no se puede comprar.
—¿Cómo es de importante la asamblea?
—El problema actual es que la asamblea no refleja el sentir del socio. Hay que hacerlo por sorteo. Tenga en cuenta que en el Madrid nunca se presentaban 2.000 compromisarios que son los que se necesitan. Y nunca había, además, elecciones en ningún millar porque en ninguno de ellos se presentaban más de 29 socios. Qué casualidad que ahora es raro el millar en el que no hay elecciones. Es un sistema viciado. Es una reproducción en pequeño del voto por correo que tantos problemas ha dado y que no está solucionado. Al final, el que está en el poder, tiene la capacidad de poder inducir el voto y de que alguien actúe por el favor del que se lo pide y no lo dé porque realmente lo sienta. Esto es un error.
—¿Lo ve un gran error?
—La asamblea es el órgano soberano. Tan es así que hay un juez que ha rechazado una demanda de unos socios contra el cambio que se hicieron en los estatutos para endurecer las condiciones para ser candidato. Y la ha rechazado porque esas condiciones fueron aprobadas por la asamblea. El problema es que alguien presentara esa modificación estatutaria y que otro alguien votara a favor.
—¿Qué sensación le dejó que retiraran de la grada una pancarta que pedía la dimisión de Florentino?
—No tiene sentido. No se puede quitar una pancarta porque no te gusta. Pedía su dimisión. Era una manifestación pacífica de alguien que quiere que haya un cambio de presidente, y sin embargo el club permitió durante dos o tres partidos se tuviera una pancarta que decía “Mou, tu dedo nos enseña el camino”. Es lamentable, eso demuestra cuál es la actitud de un dictador. Porque un dictador hace eso, quita todos los signos que le molestan y sin embargo exhibe los que él quiere utilizar aunque sean inaceptables.