Aviso al campeón en Basilea
El Sevilla choca con Vanclik, no pasa del empate ante el Basilea donde le faltó algo de ambición y acaba con diez por expulsión de Nzonzi. Está obligado a ganar en Nervión.
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De baja en Indian Wells con una rodilla operada, seguro que a Roger Federer, el hincha más célebre del Basilea, le dio fuerzas el 0-0 que su equipo arañó ante el Sevilla. No se puede fiar el campeón de la Europa League, que está obligado a ganar en su guarida de Nervión para seguir conservando la corona de un campeón gris en St. Jakob Park, que pegó un tirón en la segunda mitad para hacer un gol. Resultó insuficiente. Especuló demasiado el Sevilla con el marcador y se encontró con un buen portero al otro lado, Vaclik. Pero también sufrió y por momentos se pudo ir con un resultado peor. El partido terminó con un inquietante 0-0 y tuvo además en el epílogo la expulsión de Nzonzi. Una doble amonestación injusta, pero que no es casual. Este año ya fue expulsado en Málaga y en Vigo. Y no jugará la vuelta como tampoco la final de Copa. Una mala noticia para un equipo obligado a resolver dentro de una semana sin margen de error. Volver a St. Jakob Park el 18 de mayo no va a ser tarea fácil.
No le sobró nada al Sevilla al inicio. El Basilea se puso muy bien en el campo y demostró al menos que su hoja de servicios en Europa no está vacía. De hecho, la gran ocasión de la primera parte fue Marc Janko. El trotamundos austriaco cazó con clase un centro de Steffen (zurdo muy rápido a estilo de Shaqiri) y buscó el contrapié de David Soria, titular de nuevo por Sergio Rico. Nadie supo por dónde se escapó al balón, pero al Sevilla le llegó el mensaje. Hubo grietas en el sistema defensivo y eso lo vio Emery, al que se vio charlar preocupado al descanso con Carriço, suplente en beneficio de Kolo.
Con Banega rivalizando en faltas con su compatriota Samuel (Il Muro se jugó la expulsión), los únicos acercamientos del Sevilla fueron a la estrategia. Nzonzi y Coke remataron en ventaja varias veces sin demasiado tino. Al paso por el descanso, no había ninguna pista de la teórica superioridad del campeón sobre el orgulloso equipo.
El Sevilla siguió viviendo al borde de un ataque de nervios. Transmitió inseguridad y Traoré, sustituto de Lang, no conectó un remate claro. Se puso entonces Banega al mando del Sevilla. Sobó de más el balón pero se sacó del catálogo un pase bellísimo a Nzonzi y otro a Gameiro que Vaclik sacó con habilidad. El portero checo repitió luego con Konoplyanka, pero no hubo un paso adelante definitivo. Luego llegó la roja a Nzonzi y el Sevilla prefirió congelar el 0-0 y evitar males mayores. Como todo el año, el Sevilla, importante fuera, se lo dejó todo para el Sánchez Pizjuán. Que no falle el saque. Al resto, como si fuera el mismo Roger Federer, amenaza el Basilea.