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MORENO CARIÑENA

“La asamblea debe cuidar el buen gobierno del club”

Formó parte de diferentes juntas y ha sido compromisario habitual. Moreno Cariñena sabe cómo funciona ahora el club: “Hacen listas de socios entre sus peñas afines...”.

“La asamblea debe cuidar el buen gobierno del club”

—¿Se va a presentar a compromisario?

—Yo sí. Espero que con mejor suerte que hace cuatro años. Imagino que, como sucedió entonces, el club lo tendrá todo bien atado. No me parecen unas elecciones democráticas en su total desarrollo.

—¿Qué pasó hace cuatro años?

—Me presenté como hacía desde 1982, después de estar en casi todos los mandatos. Pero no salí. Mire, en 1982 se presentaron 125 candidatos a socios compromisario. Y en la siguiente convocatoria, que fue a los dos años, 65. Yo digo a los socios: “Si quieren ser compromisarios, que verdaderamente se comprometan a ir”. El problema es que la gente se ilusiona y luego... La última vez, por ejemplo, se presentaron tres mil y pico socios, y a las Asambleas iban 800 ó 900.

—¿Tanta gente se presentó hace cuatro años?

—Mucha, muchísima. ¡Hubo elecciones en 68 millares de 72 que eran el total! Se presentaron 3.045. Así que hubo mil socios que no fueron elegidos. Y mire, tenían derecho a voto 68.000 socios en total. ¿Sabe cuántos votaron en las últimas elecciones a compromisario?

—¿Cuántos?

—2.948… El 4,39% del censo electoral.

—¿Por qué dice que no son unas elecciones totalmente democráticas?

—Porque para que lo fueran la gente que se presenta tendría que tener la posibilidad de dirigirse al millar que le ha de votar. Y del mismo modo, los que tienen que votar tendrían que saber a quién votan. Y esas dos premisas no se dan…

—Entiendo…

—A mí me encantaría dirigirme a mi millar y decir: “Soy Francisco Moreno Cariñena y me presento porque quiero hacer esto, esto y esto…’.

—Claro…

—Y a mí me negaron la lista hace cuatro años por la ley de protección de datos. Y ahora sé que también las están negando. Pero entonces, convengamos que no son unas elecciones democráticas, porque no todos los actores tienen las mismas ventajas.

—¿No es así?

—Tengo constancia de que el club está reuniendo a sus peñas afines para sacar sus listas de socios, y unos se votan a otros. En cambio yo no conozco a mi millar. No sé quién me podrá votar o no. Señores, faciliten los listados o que al menos den facilidades para dirigirse a los votantes.

—Se le ve enfadado.

—El problema es que la asamblea está totalmente dominada. A la Directiva le interesa que siga siendo así y harán lo necesario con sus peñas afines para que siga siendo así.

—¿Está decepcionado?

—Yo llevo muchos años y he visto de todo. Gente responsable, que sale, que pregunta o pide datos, y gente que va, coge el regalo y se va. Y está claro que la junta directiva actual está de acuerdo con esto y que en ningún caso variará los estatutos para que la situación cambie.

—¿Cómo valora que se retirara una pancarta de la grada que pedía la dimisión del presidente?

—La pancarta era respetuosa, porque incluso le llamaba de usted. Me parece ridículo. No es señorial que pase eso. Pero en las manos que ahora está el club, nunca será señorial.

—¿Ve un déficit en los valores?

—El socio del Madrid es prisionero de unas circunstancias y de unos cambios estatutarios que favorecen al que está dentro. Es un contrasentido. Si los estatutos del Madrid dicen que para tener pleno derecho como socio hay que ser mayor de edad y tener un año de antigüedad, los 20 años para ser candidato a presidente son un invento, como el preaval endurecido, que están encaminados para favorecer a una persona y que fueron aprobados por una asamblea escogida... Hay que recuperar los valores del Madrid y para ello es fundamental que la gente entienda que el socio compromisario debe cuidar el buen gobierno del club.