Llegan la Champions y Bale y se despiden los canteranos
Zidane tira de clásicos y excluye a Mayoral pese al KO de Benzema. Jugarán Marcelo y Casemiro. James e Isco optan a un puesto. El Roma, con Dzeko.
"Hay que ir despacio con él”. Así respondió Zinedine Zidane a una pregunta sobre Borja Mayoral en la rueda de prensa previa al partido frente al Roma. Para entonces se sabía que Benzema no llegaría a tiempo y la evasiva del francés sugería que Europa no es feria para novilleros. Una hora más tarde se conocía que ni él ni Nacho estaban en la lista. Y se sospecha fundadamente que Lucas Vázquez, el tragamillas de las últimas semanas, se quedará en el banquillo. En el regreso de la Champions, y pese al 0-2 en Roma, desaparece la cantera, que ha entretenido la espera y ha dado que hablar a la afición. Ahora es tiempo de clásicos, con dos refuerzos de lujo, Bale y Marcelo, mimados para este momento de la verdad.
Del galés, que se ha perdido 17 partidos por lesión este curso, intriga si regresa en el punto en que lo dejó. Había metido nueve goles en cinco partidos y andaba en la línea de ser el futbolista que el Madrid creyó que era. Luego le tumbó el sóleo, por sexta vez, y ahora regresa con unas medias tiroteadas, sin propiedades biomecánicas pero quizá sí psicológicas, para sumarse a la obra inacabada de la Undécima. Aún no ha marcado en la competición esta temporada. También reaparece Marcelo, un jugador crucial en el Madrid por su hiperactividad y porque no tiene un gemelo en la plantilla.
Dando por sentado que Pepe se ha ganado el sitio junto a Ramos, que Carvajal es titularísimo, que el vicecanterano Casemiro se ha hecho imprescindible como mediocentro de quite, que Kroos y Modric están fuera de discusión y que no hay Madrid sin Cristiano, Zidane sólo tiene una plaza libre, por la que llevan pugnando desde hace meses James e Isco sin que ninguno de los dos le tome ventaja al otro. Puede resultar indicativo que el colombiano no jugase ante el Celta, pero su relación con el Bernabéu es gélida. Lucas Vázquez es el tercer hombre. Ponerle sería premio para él y advertencia para el resto, pero pinta que no será así.
Y luego está Cristiano, desatado a ratos. Ha metido 12 goles en siete partidos en esta Champions y nueve en sus últimos seis compromisos. El estadio le pitó por fallar un pase y respondió con cuatro tantos, cada uno diferente del otro, en 26 minutos. Es Mr. Champions y va a por su propio récord de 17 en una edición (2013-14).
El Roma, mientras tanto, arropa con datos su asalto al imposible. Con Spalletti le va estupendamente, ha ganado los últimos siete partidos de Liga, sale a una media de cuatro goles en los tres últimos y se ve de nuevo tercero en la Serie A, puesto que perdió en octubre. Sus fichajes de invierno han funcionado (cinco goles en siete partidos El Shaarawy, dos tantos y cuatro asistencias Perotti) y Salah es un tiro: seis goles en sus seis últimos encuentros. Spalletti no tendrá a Rudiger ni De Rossi y probablemente tampoco a Nainggolan. Y entre las bajas y el estado de necesidad dará un paso al frente y jugará con un punta, Dzeko, que sale a un gol cada tres partidos, por delante de su trío de creación, con diferencia lo mejor del equipo. En su acto de fe le acompañarán 2.500 hinchas. Spalletti se ha ganado que se le tome en serio.
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