El 'Centenariazo'

Aquel día el Madrid cumplía cien años y la Federación había decidido que la final de Copa se celebrara ese día y en el Bernabéu, en homenaje al cumpleaños. (El nacimiento del club, por cierto, había sido iniciativa de un catalán, Carles Padrós Rubió, natural de Mataró, y que regentaba con su hermano Juan, que fue el primer presidente, una tienda de ropa llamada Al Capricho, en la calle Cedaceros.) El Madrid tenía en sus filas a Figo y Zidane, dos balones de oro, y se había propuesto ganarlo todo ese año. Incluso la Copa, por la que no siempre estuvo dispuesto a hacer sus mejores esfuerzos. Pero cien años no se cumplen todos los días, y el Madrid llegó a la final, a «su» final. Por el otro lado llegó un rival prestigioso, el Depor, en sus años grandes. Un magnífico Depor, obra personal de Lendoiro, y con Valerón en plenitud. Pero el Madrid era claro favorito.
El Madrid salió con César; Míchel Salgado, Hierro, Pavón, Roberto Carlos; Figo, Makélélé, Helguera, Zidane; Raúl y Morientes. (Luego entrarán Solari, Guti y McManaman.) Hay dos elementos discutidos en la alineación: César en vez de Casillas porque era «el portero de la Copa», pero no había jugado las semifinales, por lesión, sino Casillas. Y Figo, con un tobillo muy mal. Pero ambos, César y Figo, eran del «núcleo duro» y quisieron estar en la foto. Por su parte, el Depor alinea a Molina; Scaloni, César, Naybet, Romero; Víctor, Sergio, Mauro Silva, Fran; Valerón; Tristán. También participaron Capdevila, Duscher y Djalminha. El Bernabéu, por supuesto, abarrotado, y todo preparado para que ganara el Madrid, lo que produce unas declaraciones lastimeras de Irureta, entrenador del Depor, en la víspera. Antes del partido canta Café Quijano y actúan los ganadores de Operación Triunfo, célebre concurso de televisión que busca talentos musicales.
Pero el que gana es el Depor. Gana porque juega mejor. Arma un gran fútbol con una media compacta y segura y con Valerón y Tristán inspiradísimos. Sergio (6’) y Tristán (38’) llevan el partido ganado al descanso. Raúl descontará en el 56’, pero el Madrid no tiene juego ni fuerza para imponerse al Depor, cuyos hinchas se van creciendo, cantan y bailan. La copa se va a La Coruña y el Madrid se siente anonadado ante una derrota que no esperaba. El exceso de responsabilidad atenazó a los jugadores, fue la explicación posterior. La verdad es que había otra razón de más peso: que el Depor era muy bueno y que ese día jugó muy bien. Florentino pide perdón a la afición propia y felicita al Depor, mientras Valdano anuncia que «el luto en el Madrid dura veinticuatro horas», adelantando la intención del equipo de seguir en la lucha por los otros títulos.
Tampoco ganará ese año la liga, que será para el Valencia. Entonces Valdano dirá: «Nos queda una bala, pero es de cañón». Y efectivamente: en Glasgow, el Madrid ganó la Copa de Europa, con aquella sensacional volea de Zidane (véase el día 16 de junio), lo que abrirá el camino a la Supercopa y a la Intercontinental. Así que el Madrid cerrará el año de su centenario con un triplete internacional. Pero la copa se fue a La Coruña. España ya tiene desde ese día su propio Maracanazo»: el «Centenariazo».