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ATLÉTICO DE MADRID 3 - REAL SOCIEDAD 0

El Atlético sigue de fiesta

Un autogol de Diego Reyes abrió el triunfo. Saúl, al comenzar la segunda parte, y Griezmann, de penalti, sentenciaron. Los de Simeone duermen a 5 puntos del Barça. Mal partido de la Real.

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El Atlético sigue de fiesta
LALIGA

El Atlético trasladó al Calderón la fiesta del sábado en el Bernabéu. No tira la Liga. Y lo demostró con una goleada y una victoria fácil, facilísima, ante una Real que comenzó a perder el partido en el túnel. O, antes, quizá, en el momento en que Eusebio pensó la alineación. ¿Que llegaba el Atleti cansado tras la paliza de los últimos diez días? Nada. Partido-masaje y a descansar. El técnico sacó la probeta para inventar aceites y se dejó llevar por los experimentos. ¿Que Granero llevaba dos meses sin jugar? Pues titular. ¿Que De la Bella, lateral cerrado, nunca había jugado de central? Pues ahí. Y así todo. Un despropósito.

¿Que al Atlético le cuesta un mundo hacer un gol? Sin problema. Mikel González, para ayudar, casi se hace uno en propia meta en el 4’ y, como no le sale, la Real repite intentona en el 8’. Y ahí sí que le salió. Diego Reyes le coló a Rulli un centro de Koke y ya está. 1-0. Decir que se veía venir es una frase hecha, pero no existe definición más correcta que ésa para contarlo.

Porque si la Real no estaba, o estaba sólo para hacerse un gol, el Atlético disfrutaba. Y jugaba estupendamente. En el centro sólo se escuchaban dos voces, las de Augusto y Gabi, mientras Juanfran se lo pasaba pipa sube y baja por la banda y Vietto andaba por el área a lo Diablo de Tasmania, volviendo locos a los centrales: cuando querían mirar aquí, estaba allá y, cuando miraban allá, ya estaba de vuelta aquí. Era Vietto el único cambio de Simeone con respecto al derbi (por Torres). ¿Que el Cholo no hizo rotaciones? Ni se notó. ¿Que el Atlético corrió 119 kilómetros en el Bernabéu? Un rojiblanco jamás tiene agujetas. ¿Que el de ayer era el cuarto partido en diez días? Un rojiblanco nunca se cansa. Los once de ayer eran ejemplo.

Su primera parte fue una tormenta perfecta; todo rayos, centellas y pelotas que buscaban el fondo de la red de Rulli. A la fiesta sólo le faltaba un detalle y era su gol. Porque mira que tuvieron ocasiones y nada. Zapatazo de Saúl en el 2’. Dos tiros al aire de Griezmann. Un disparo de Vietto al cuerpo de Rulli tras regatear a cuatro... Hasta Godín lo intentó, pero sus dos remates se fueron fuera. Quizá es que le dio con el pie y al uruguayo, si no remata con la cabeza, pues no le sale.

Si la Real salía con otra intención (jugar, aunque sólo fuera) tras el descanso, no le dio tiempo a demostrarlo. ¿Que ahora el Atleti necesitaba su propio gol? De la Bella le regala un balón a Griezmann en su área (por los viejos tiempos, quizá), Vietto centra y Saúl marca de volea. Es su séptimo gol esta temporada. Y es que es un todocampista con físico, gol y un techo que estará donde él se lo ponga. Del Bosque puede tomar nota. Aquí hay un futbolista superlativo.

La Real era tan mansa que, incluso, le permitió al Cholo romper su mantra, el partido a partido, y pensar en el siguiente, el del Valencia, en el 54’. Sacó a Godín (apercibido y tocado) y al poco a Griezmann (apercibido). Eso sí, al francés le dio tiempo antes a hacer su gol. Fue de penalti. ¿Que al Atleti sólo le habían pitado uno esta temporada y, encima, lo había fallado? De la Bella se lo hace a Griezmann y arreglado. Ahí pareció despertar Eusebio, que cuando quiso sumarse a la fiesta sólo fue para sacar la cartera y pagarla. En vano ordenó con criterio al fin a su equipo. En vano sacó al bueno, Vela, que en un minuto había hecho una ocasión y un palo. Pero era tarde.

Fiesta que, por cierto, acabó con dos notas desafinadas. Una la cantó el línea, al ver fuera de juego en un gol legal de Correa. Otra, Augusto, que estropeó un partido perfecto en el 90’ con una entrada salvaje a Capilla, chaval que llevaba seis minutos en el campo. Terrible. Y una pena. Enturbió una noche que, hasta ese momento, sólo podía llamarse de una manera: perfecta.