Ángel, Lanzarote y Dongou enmiendan la pifia de Manu
El Zaragoza marcó sus tres goles en los últimos siete minutos. El Lugo, que acabó con nueve, pierde fuera de casa por primera vez en cuatro meses.
Partido loco en La Romareda. Y victoria fundamental del Real Zaragoza, que cierra un mes de febrero excelente, con diez puntos de doce posibles, sube de golpe tres puestos en la clasificación y dispara sus posibilidades de alcanzar el playoff. Un error garrafal de Manu Herrera propició que el Lugo se adelantara sin merecerlo a un cuarto de hora del final, pero el equipo aragonés le dio la vuelta al resultado en un minuto y acabó adornando su triunfo con un tanto de Dongou en el descuento.
El final fue, en verdad, de infarto, con el regalo inesperado de Manu Herrera, la reacción fulminante del Zaragoza y el derrumbe total del Lugo, que acabó con nueve por las autoexpulsiones de Seoane y Cendrós y perdió por primera vez fuera de casa después de cuatro meses.
El empeño de los dos equipos fue manejar el partido desde la posesión del balón, así que en casi toda la primera mitad se jugó en una franja estrecha, con escasos espacios y un ritmo lento. Es decir, mucho toque, pero contadas ocasiones.
El Lugo dio su primer aviso a los tres minutos en una acción trompicada de Iriome ante Cabrera y Manu Herrera, que Guitián, muy atento, impidió en la misma boca de gol que Caballero empujara a la red. Pero el Zaragoza no tardó en dar respuesta en un remate envenenado de Ángel que José Juan atajó en gran parada a una mano. Fueron dos oportunidades aisladas en una primera parte de mucho control y equilibrio, donde el Lugo no quiso arriesgar lo más mínimo y al Zaragoza le faltó una quinta marcha y mayor precisión para desajustar a su rival.
El Real Zaragoza volvió del descanso con aires renovados, adelantó líneas, pisó el acelerador y puso coto decidido a la portería del Lugo. Fue una salida fulgurante, con remates consecutivos de Ángel, Pedro, Javi Ros y Lanzarote que no dieron respiro a un pletórico José Juan. Un verdadero bombardeo propiciado por un fútbol veloz y fluido, con Ángel armando los ataques entre líneas y Lanzarote dándole amplitud a la banda derecha.
Carreras buscó lo mismo en la izquierda y dio entrada a media hora del final a Hinestroza por Pedro. Se trataba de insistir e insistir hasta obtener el premio, pero la sorpresa llegó a La Romareda cuando nadie la esperaba. Una pifia monumental de Manu Herrera en un balón colgado sin ningún peligro sirvió en bandeja a Ferreiro el 0-1 en el minuto 74. El portero, en lugar de limitarse a despejar, su obligación principal, quiso, recreándose, ceder de cabeza fuera del área a su lateral y lo que hizo fue darle la pelota a Ferreiro para que fusilara el gol. Un error clamoroso que cambió el partido y dejó noqueado al Zaragoza.
Pero un minuto después fue expulsado Seoane por una acción innecesaria y el equipo aragonés se levantó de sus cenizas para darle la vuelta al partido en un minuto, con un gol de Ángel y una obra maestra de la zurda de Lanzarote. Luego, Dongou cerró la cuenta en el descuento poniendo la rúbrica final al partido que vuelve a meter al Zaragoza en la pelea por la promoción e ilumina como nunca el futuro.