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CHINA

Manzano: "“Pronto serán más los que quieran ir a China”

Goyo Manzano va a cumplir su tercera temporada en China. Ha dejado el Beijing Gouan y ha recalado en el Shanghai Shenhua. Nadie mejor que él para hablar del boom chino.

Madrid
Gregorio Manzano.
RAFA APARICIO

¿Cómo están viviendo en China el boom del fútbol de aquel país, con fichajes multimillonarios y galácticos?

Es un boom sorprendente e inesperado. La historia reciente del fútbol chino ha tenido jugadores de este nivel, pero este año no es que hayan fichado a uno o dos, es que se ha desbordado todo y han llegado muchos de gran valía. Hasta equipos recién ascendidos, como es el caso de Hebei, están haciendo desembolsos muy sorprendentes y que nos cogen a todos por sorpresa. Es novedoso.

¿Se ha abierto el grifo económico en el fútbol chino, después de haberlo hecho en otros sectores como el inmobiliario o el bursátil?

Yo creo que habría que hacer un análisis desde dos puntos de vista. Uno, que el presidente de la República Popular de China dijo que había que darle al fútbol una dimensión y una notoriedad en todos los aspectos y eso implica desde la base hasta lo más alto. Los presidentes de los clubes se lo han tomado a rajatabla y están construyendo equipos poderosos. Además, en segundo término, este año por primera vez las televisiones van a pagarles a los equipos por retransmitir la Superliga china. Una cadena va a aportar 1.500 millones de euros en los próximos cinco años. A esta primera temporada le corresponde un porcentaje de 300 y ese aumento de presupuesto hace también que los clubes estén invirtiendo más. Son dos variables que me hacen pensar que han sido decisivas.

¿Hay empresas o dueños detrás de los equipos, al igual que vemos que empieza a ocurrir en España con la entrada de capital en equipos como Atlético, Valencia o Espanyol?

Exacto, en concreto son dueños de empresas poderosas que apuestan por el fútbol. Incluso el Beijing Gouan, en el que estuve yo hasta el año pasado y que era más estatal que el resto, ha incorporado un socio para apoyar al club económicamente. El resto de equipos tiene por detrás a empresas, en algunos casos con porcentajes estatales, pero al fin y al cabo empresas con mucho dinero.

Ese respaldo económico ha hecho posible que la Superliga china invierta más en fichajes esta temporada que la Premier League. ¿Cómo es posible superar al gran gigante del fútbol inglés?

Pues porque hay dinero y a la vez un afán por hacer buenos equipos. Las empresas que están detrás son muy fueres y quieren, sobre todo con los extranjeros, fichajes que les den un factor diferencial con respecto al resto.

En China existe un cupo de cuatro extranjeros y otro asiático por plantilla. Eso hace que los extranjeros que se fichen sean de gran nivel. No vale cualquier cosa.

Sí, y además no importa cambiar a los extranjeros a mitad de temporada si no están cumpliendo con los objetivos. En el caso de Guangzhou, por ejemplo, si un futbolista foráneo no está cumpliendo los objetivos, durante el verano lo cambia, incluso puede hacerlo con todos los que tiene. En China los extranjeros deben tener un rendimiento notable para poder seguir cumpliendo su contrato.

Los 42 millones que pagó Guangzhou al Atlético por Jackson o los 50 de Jiangsu Suning al Shakhtar por Alex Teixeira eran hasta ahora cifras reservadas exclusivamente a unos pocos clubes en el mundo. ¿Qué le sugieren estos desembolsos?

Cuando apareció la noticia de Jackson recibí muchas llamadas de gente de España que pensaba que se venía a mi equipo, el Shanghai Shenhua. Pero no era al mío, era al Guangzhou. Su poderío económico es grande. Fichan a cualquier jugador chino que destaca en la Superliga y nadie se niega a ir por los elevados contratos que ofrecen. Con los extranjeros pasa parecido. Yo me temía que Guangzhou iba a hacer algo, porque vendió a su jugador más carismático hasta ahora —Elkeson— a Shanghai SIPG, nuestro rival de la ciudad, después de ser su máximo goleador. Que un equipo de este nivel, campeón de liga y de Champions de Asia, deje marchar a un jugador así, me hacía presagiar que algo gordo iba a pasar. Y pasó con lo de Jackson.

China no es Qatar o EE UU, adonde los jugadores van en busca de retiros dorados. A China están yendo jugadores internacionales y con 28 ó 29 años. ¿Sus clubes pueden llegar a competir en el mercado con los europeos?

A partir de este año estamos hablando de otra cosa, sí. Jackson, Ramires, Gervinho, Lavezzi o Guarín son todavía jugadores top y en Europa podrían jugar en cualquier equipo. Ya no es que vaya uno de ellos esporádicamente a China, como hasta ahora, sino que son varios los que han llegado a la vez y con cuantías superiores a 25 ó 30 millones. Eso son palabras mayores.

¿Lo de China puede funcionar o es una burbuja que acabará explotando, algo que piensa mucha gente al tratarse de un país sin tradición por el fútbol ni un campeonato históricamente potente?

Es una cuestión de resultados. Si las personas que invierten tanto dinero ven la recompensa sobre el césped y en aspectos vanidosos como contar con las mejores estrellas del mundo, a lo mejor no es una moda a corto plazo. Será una cuestión de causa efecto. Si el efecto es rentable, la causa de llevar futbolistas va a seguir en los próximos años. De ser así, pronto serán más los que quieran ir a China. Lo que sí me parece es que va a aumentar la competitividad y eso va a dar un prestigio al fútbol chino. Esto ya no va a ser el paseo de Guangzhou Evergrande de los últimos años en la liga.

¿Está tratando China de cambiar a través del fútbol su cultura de deporte individual por otra de deporte colectivo?

Todo el deporte de equipo conlleva tiempo, eso es una realidad de metodología. El deporte individual es distinto y ha funcionado siempre en China. En el fútbol, como trabajo de conjunto, a los chinos aún les falta coger ciertos mecanismos. Pero van poco a poco mejorando y obteniendo pequeños resultados que refuerzan que el camino es el correcto. Como muestra hemos visto que un equipo chino, el Guangzhou, le ganó en el Mundial de Clubes a otro americano, el América de México. Ya indica que empiezan a ser competitivos y que el fútbol chino está evolucionando. Luego el Barça les eliminó, pero eso ya son otros niveles que tampoco son los que deben medirse ahora.

¿Potenciar la Superliga tiene también como objetivo mejorar al jugador chino?

Claro, sobre todo a nivel de selección. Es un tema en el que tienen que tratar de dar un salto hacia adelante. Así como los clubes están creciendo, la selección está en un momento de estancamiento en sus confrontaciones directas con Corea del Sur, Australia y Japón. Todavía está rezagada y lejos de pelear por esa cuarta plaza que suelen dejar libre esas tres selecciones dominadoras del fútbol asiático en estos momentos. Eso quieren solucionarlo a corto plazo y están intentando encontrar la fórmula para que así pueda ser cuanto antes.

Usted debe contar ya con un cartel importante en China, después de pasar por Beijing Gouan y recalar ahora en Shanghai Shenhua.

Hicimos dos buenos años en Beijing, llegando a disputarle el título a Guangzhou en la última jornada, algo impensable y que nadie había hecho últimamente, y luego rompiendo récords históricos en el club. Era el equipo de la capital y es verdad que mi nombre se ha asociado a otro modelo de juego, a otra manera de competir y de obtener resultados a través de todo eso.

Se ha convertido en bandera de ese estilo y por eso está en las quinielas para dirigir a China, según algunos medios del país.

Quizá sea ese trabajo lo que me ha asociado a una lista de candidatos a seleccionador, pero de momento son rumores de la prensa y no hay nada oficial.

En Shanghai Shenhua, su nuevo equipo, ¿qué objetivos se marca?

Shanghai es el gran clásico de la Superliga junto a Beijing. Es el único que nunca ha bajado a segunda división, que tampoco ha cambiado de nombre, y la gran rivalidad de China es entre estos dos clubes. Es como el Madrid-Barcelona de allí. A Shanghai lo ha cogido un grupo inmobiliario muy fuerte, Greenland, que desde hace dos años está apostando por el fútbol. Quedaron 9º a su llegada, el año pasado 6º y el objetivo conmigo esta temporada es luchar por acceder a la Champions de Asia. Vamos a ver. Es un proyecto serio.