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PSV 0 - ATLÉTICO DE MADRID 0

Si no hay gol hay suspense

El guardameta del PSV, Zoet, lució reflejos ante los intentos de Griezmann, Vietto y Torres. Los de Cocu jugaron 23 minutos con un hombre menos por expulsión de Pereiro.

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Si no hay gol hay suspense
BEIN SPORTS

No hubo clic en el Philips Stadion. Ni de Griezmann ni de un Atlético cegado arriba, en modo off de cara al gol. Y, sin gol, todo es suspense, un eterno caminar por el alambre. Esta vez, al menos, no se puede decir que el equipo no lo intentara. Porque lo hizo, y de muchos modos posibles. Con balones largos y a la desesperada. Con Vietto, con Correa o con Torres. Contra once o contra diez, pero nada, siempre agua. Esto empieza a ser desesperante.

Los primeros cuarenta y cinco minutos fueron a ratos plácidos y a ratos locos. Ni PSV ni Atlético lograban hacerse con el control, a pesar de que ambos equipos acumulaban jugadores en el centro, a pesar del regreso de Guardado, a pesar de la titularidad de Óliver mes y medio después, a pesar de que Gabi estuvo enorme. Pero también demasiado solo. El balón se movía atropellado, sin dueño. Eso sí, fue un milagro que al descanso se llegara 0-0. La primera jugada del Atlético (en el 2’) fue un aviso: Gabi buscó el desmarque de Vietto con un balón desde 40 metros, el argentino lo picó ante un Zoet vencido y Bruma tuvo que correr para sacarlo bajo palos.

Y otro susto se llevó el PSV la segunda vez que el Atlético buscó a Zoet con un balón en largo. Savic y Koke fueron esta vez los protagonistas: idéntico pase de 40 metros del central desde su campo, vaselina del canterano y despeje de Zoet. La tercera vez fue la ocasión más clara para los rojiblancos en el partido: Gabi repelió de cabeza un balón en el centro y Koke buscó a Griezmann al primer toque, pero la picada del francés, en el mano a mano, la sacó Zoet con una parada de balonmano. Preocupa Koke, que sigue sin ser ese que enamora. Inquieta el francés. Esa, la de ayer, hace un mes la metía. Pero ya no. Ahora no. Está cegado, gafado, espeso. De nada sirvió que para Eindhoven estrenara peinado (mini-cresta). No le dio suerte. Y eso está matando al equipo.

Justo después de la de Griezmann tuvo el PSV la suya, la más clara, un remate a bocajarro de míster Propper, el mejor de ellos, que despejó Oblak. Hacía varios partidos que el esloveno no hacía una de las suyas. Pero da igual. Le exijan o no, él siempre está. Atento, milagroso. San Oblak con el rival y con los suyos, porque después del descanso quien le probó fue Koke, que casi marca en la portería que no debe al ir a despejar un centro de Willens. La verdad, hubiera sido de traca que el Atleti lograra marcar en el Philips Stadion, al fin, y su gol fuera en realidad un suicidio.

El que hizo gol en la portería que debía fue Godín: se subió a caballito sobre Moreno para rematar un córner botado por Koke. Orsato acertó al anularlo: tan claro fue que al uruguayo sólo le faltó decir arre. El Atlético siguió buscando el gol ausente, pero no lo encontró siquiera en los 25 minutos que el PSV jugó con diez por expulsión de Pereiro. Lo intentaron Gabi desde fuera del área y Torres desde dentro. Pero nada. La primera la paró Zoet y en la segunda el balón se fue al aire. Tampoco Correa fue capaz de espantar el cero del marcador. Y, por ahí, al Cholo ya se le escapó la Copa del Rey y casi también la Liga. El Calderón contará el próximo 15 de marzo cual es el final de estos octavos. De la ida, el Philips Stadion sólo puede decir 0-0, otro maldito 0-0. Ya van cinco para el Atleti. Y así es muy difícil todo.