Cavani, decisivo: gol con rabia que sabe a despedida
El uruguayo le dio el triunfo al PSG. Di María estuvo brillante en la asistencia y la legión brasileña estuvo muy correcta.
El PSG es un equipo con sabor latino, y en especial brasileño. Los datos son claros: ayer el cuadro francés alineó a seis latinoamericanos e ingresaron dos más a lo largo del partido. Cinco brasileños fueron titulares, incluyendo a toda la línea defensiva, aunque fueron los rioplatenses los que tuvieron mayor influencia y los que pudieron cambiar el rumbo del partido.
La línea defensiva no lo pasó mal, en cierta medida porque su trabajo fue, como casi siempre, muy correcto, y también debido a que el Chelsea no fue nunca un equipo profundo ni muy creativo. El PSG, en cambio, sí que creó peligro –sobre todo en el segundo tiempo-, impulsado por Di María, Lucas Moura y por Cavani después de que ingresó. El uruguayo vive momentos tensos con su entrenador y con la institución: un jugador con su clase y sus pergaminos se siente particularmente incómodo en el banquillo y demostró con su impacto inmediato que sus reclamos silenciosos -salvo el grito de ayer- tienen asidero.
El delantero marcó a las 78’, cuatro minutos después de haber reemplazado a Lucas Moura y tras fusilar a Courtois, que por lo demás había estado impecable. Cavani, que definió después de recibir un pase sublime de Di María, gritó el gol con una felicidad iracunda, casi con dolor: un grito que quería que se escuchara en las oficinas del club, que retumbara en la mente de Laurent Blanc. Todo parece indicar que Edinson no seguirá en el PSG, cansado de ser la sombra de Zlatan (que en teoría dejaría el equipo también en el verano) y buscando el protagonismo que un goleador de su calidad se merece.
Los rumores que le acercan a la Juventus son los más fuertes, lo cual interesa directamente al Real Madrid, ya que la llegada del uruguayo liberaría a Morata, deseo culposo de Florentino y buena parte del madridisimo. Lo cierto es que anoche los latinoamericanos tiraron de un PSG que cada año parece más sólido.