Un autogol de Zahibo da ligera ventaja a Las Palmas
El equipo de Neville empató ante Las Palmas después de empezar perdiendo con un gol en propia puerta de Zahibo. Alcácer marcó en la segunda parte.
De Mestalla se marcharon unos y otros cabreados. Los del Valencia porque con Gary Neville no ganan cuando juegan mal ni tampoco cuando lo hacen medio bien, como anoche. Por no tener desde la llegada del inglés no tienen ni suerte. Los de Quique Setién, por su parte, se retiraron del campo a regañadientes porque Del Cerro Grande les pitó el final sin dejarles sacar un córner a favor. Pero claro, ya en frío, el empate a un gol sí se celebró en el vestuario de Las Palmas. No en el del Valencia, obviamente.
En Singapur alguien busca traducción al refrán de “a perro flaco todo son pulgas”. Las Palmas se marchó al descanso con ventaja y lo hizo sin tan siquiera haber disparado a portería. Así es el fútbol. Un autogol de Zahibo le valió a los de Quique Setién para verse con un 0-1. Su único mérito para ello había sido no haber encajado gol. La cara de Gary Neville lo decía todo. El inglés no se lleva una alegría ni en un día en el que los suyos hicieron bien la presión. Además enfrente tenían un rival que con tal de no pegar un pelotazo, complicaban la vida a Raúl hasta límites insopechados. Pero el Valencia no encontró portería. Bueno, sí. La encontró Zahibo, pero la de Mat Ryan.
Ese autogol ponía a prueba la capacidad del Valencia de levantarse y evidenciaba que entre los muchos problemas que tiene Neville, uno es el de la comunicación. En inglés poco podía decir a los suyos. Aún así los blanquinegros derrocharon actitud, sobre todo un Paco Alcácer que quería demostrar por qué Neville le había dado el brazalete de capitán. Suyo fue el gol del empate. Curiosamente, éste llegó cuando Las Palmas más coqueteaba con el 0-2. Neville sacó su artillería: De Paul, Cancelo y Negredo. Y entre que el Valencia se juega en la Copa las pocas ilusiones que tiene este año y que Setién pensaba más en el Levante que en las semifinales, el encuentro acabó con los blanquinegros tratando de asediar a Raúl, aunque en verdad su bagaje ofensivo se limitó a un disparo alto de Gayà y una ocasión malograda por Negredo. Y así, con el balón para que Las Palmas sacara de córner, acabó la ida de una elimintoria que se resolverá en el Insular.