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LANGREO | MICHU

“Quiero probarme y ver qué nivel puedo llegar a ofrecer”

El tobillo dijo basta hace 14 meses. Tras varias operaciones, Michu ha decidido empezar paso a paso. El Langreo, en Tercera, es la primera parada en su recuperación.

“Quiero probarme y ver qué nivel puedo llegar a ofrecer”

—¿Qué tal la vuelta?

—Con nervios. Es algo que me ha sorprendido. El día del debut no dormí bien la noche anterior, tampoco la siesta.

—¿Por qué en el Langreo?

—Uno lo que busca es ser feliz. Y yo lo soy jugando. Aquí tengo a mi familia, a mis amigos. Me siento bien. Y he dado con un vestuario espectacular. El mejor que he conocido en 10 años de profesional.

—Rechazó ofertas importantes este verano...

—Quise ser honrado conmigo mismo. Tengo una molestia que es difícil que se vaya y tengo que acostumbrarme a ello. Ahora quiero probarme, ver hasta dónde puedo llegar.

—¿Cómo se juega con molestias?

—Es a lo que trato de acostumbrarme. Me fijo en Nadal, el mejor deportista que ha dado este país. Él dice que se ha acostumbrado a competir con dolor. Yo no recuerdo jugar sin dolor.

—¿Cómo empezó su calvario?

—Recuerdo perfectamente el primer dolor, fue en el Swansea. Había sufrido un esguince en el tobillo izquierdo un mes después de debutar con la Selección. En plena recuperación y al bajarme de la máquina de gravedad apoyé el pie derecho, el sano, y noté algo raro. Me dolía.

—Justo en su mejor momento. Después de ser internacional

—No salí muy contento de aquel partido ante Bielorrusia porque no estuve bien, pero fue una gran experiencia. La Federación me llamó después para ver cómo estaba antes de los amistosos ante Guinea y Sudáfrica, pero tenía el esguince. Del Bosque también me ha escrito alguna vez, dándome ánimos. La última vez ahora que sabe que vuelvo a jugar.

—Se operó y no mejoró.

—Pensé que perdería unos meses pero que volvería perfecto, pero acabé aquella temporada, la 2013/14, con dolores. Me dijeron que con el parón del verano pasaría. No fue así. Y en Nápoles, al año siguiente, aún lo arrastraba.

—¿Ahora qué objetivos tiene?

—Ahora mismo, competir, elevar el nivel poco a poco. Ver hasta dónde puedo llegar. El dolor te condiciona. Llegas un poco más tarde a los balones, saltas algo menos, tardas en girar… Quiero ver qué nivel puedo alcanzar.

—El Real Oviedo siempre estará ahí.

—Yo soy del Oviedo, nunca lo he escondido. Es el equipo que me formó y el 90% de las cosas que sé hacer en un campo las aprendí en el Oviedo. Claro que me gustaría volver. Pero antes quiero probarme, ver si soy capaz de dar el máximo nivel.

—¿Ve al Oviedo de vuelta en Primera?

—Es un sueño. Está haciendo una temporada estupenda. Prefiero que vayamos de tapados y que otros tengan la presión y así podamos dar la sorpresa.