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366 Historias del fútbol mundial | 16 de enero

El Manchester pierde bajo la nieve en San Mamés (1957)

Los jugadores del Athletic celebran un tanto.
Los jugadores del Athletic celebran un tanto.Diario AS

Aquel día Bilbao amaneció emocionada por dos motivos. Jugaba el Athletic un partido de Copa de Europa, ante el Manchester. Y además nevaba, hecho poco usual en la ciudad. Era la segunda Copa de Europa, la primera en la que participaban los ingleses. El Chelsea rehusó hacerlo en la primera edición por esas cosas de la soberbia británica. El Athletic había ganado la liga anterior en la que había hecho doblete, con la Copa. (El Real Madrid también participaba, ganado su derecho como campeón de la primera edición.) El Manchester traía todo el prestigio del fútbol inglés, más el eco de un 10-0 que le había metido al Anderlecht en la primera eliminatoria, para luego deshacerse del Borussia de Dortmund en la segunda. Pero el Athletic venía, a su vez, de eliminar al Oporto y al Honved, este tenido por el gran equipo del momento, con Puskás y sus demás estrellas. (Si bien el partido de vuelta se jugó en campo neutral, Bruselas, por la invasión de Hungría por las tropas soviéticas en el invierno de 1956.)

Eran dos grandes fuerzas enfrentadas en un escenario solemne, bendecido por ese pequeño milagro de la nieve, que fue cuajando en el campo. El Athletic salió con: Carmelo; Orúe, Garay, Canito; Mauri, Etura; Arteche, Marcaida, Uribe, Merodio y Gaínza. De la alineación de gala solo faltó el delantero centro, Arieta I, lo que corrió a Uribe al centro y dio entrada a Merodio como interior izquierda. Y Etura, alternativamente central o medio, ocupó el puesto que solía ser de Maguregui. Un gran equipo, todos ellos vizcaínos. Enfrente, el Manchester tiene a todas sus estrellas, particularmente un jovencísimo medio, un prodigio técnico y físico, llamado Duncan Edwards. Años después, Maguregui, que jugaría el partido de vuelta, aún recordaba: «Choqué con él y salí despedido por encima de la valla, hasta el público».

El partido es una maravilla. Al descanso se llega con 3-0 para el Athletic, con San Mamés frotándose los ojos. Después reacciona el United con dos tantos, marca otros dos el Athletic (el quinto, de Arteche, de cabeza, provoca el delirio) y ya muy cerca del final, el Manchester descuenta de nuevo. Final, 5-3. A pesar de la nieve, el campo echa humo. El público despide en pie a los dos equipos admirado por aquella exhibición de fútbol de ataque. El partido de vuelta se juega en el campo del Manchester City, en un ambiente tremendo. El Athletic caerá 3-0, en parte porque el gran Carmelo juega lastimado desde el 1-0, en parte porque Daučik tuvo miedo y alineó al medio defensivo Etura de delantero centro. El Athletic vuelve derrotado, pero el recuerdo de aquel 5-3 sobre la nieve quedó en la ciudad para siempre. El United, a su vez, caerá en semifinales ante el gran Madrid de Di Stéfano (3-1 y 2-2) y un año más tarde se estrellará el avión en el que viajaban (véase el día 6 de febrero) en Múnich, lo que le dejó deshecho para diez años. Entre los fallecidos estuvo Duncan Edwards, que murió tras varios días de agonía. Entre los supervivientes, Bobby Charlton, que luego sería uno de los más grandes jugadores de la historia.