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366 historias del fútbol mundial | 5 de enero

Luxemburgo se estrena con seis minutos gloriosos (2005)

Actualizado a
Portada de AS del 6 de enero de 2005
Portada de AS del 6 de enero de 2005

El domingo 12 de diciembre la Real había visitado el Bernabéu, pero el partido no pudo concluir. Faltaban seis minutos, estaba empate a uno en el marcador cuando una llamada avisa de que ETA había colocado un explosivo en el campo. Las autoridades dan crédito a la llamada, el partido se para y el estadio se evacua, con una rapidez y un orden admirables, en pocos minutos. La gente no sabe lo que ha pasado hasta que las emisoras de radio lo van contando. Luego resultó ser una falsa alarma, afortunadamente.

Quedaban colgados seis minutos. Competición decide que se jueguen el 5 de enero. Mientras, pasan cosas. Florentino destituye al entrenador, García Remón, que a su vez había sucedido a Camacho al poco de empezar la temporada. García Remón había prescindido de Beckham en Santander, donde ganó el Madrid, y luego de Ronaldo en el Bernabéu, ante el Sevilla, con derrota. Eso fue demasiado. Y más cuando en la comida de Navidad Ronaldo se acercó a la mesa presidencial y en presencia de los demás comensales de la mesa (entre ellos, García Remón) le dijo al presidente: «Presi, no voy a poder cumplir la promesa de marcar treinta goles este año». «¡Hombre! ¿Por qué?» «Porque el entrenador dice que no me piensa poner si no me entreno, y como no pienso entrenarme…» Conclusión: García Remón fuera y se ficha a Luxemburgo, brasileño con buenos éxitos en su país. Su estreno serán los seis minutos aplazados.

Antes del partido hay expectación. El Madrid necesita los puntos, porque se está rezagando en la tabla con respecto al Barça. Luxemburgo habla, y no para, de que tiene un plan, Amorrortu, entrenador de la Real, hace declaraciones irónicas. Sale a relucir un caso parecido de un Valencia-Zaragoza, veintiocho años antes, con seis minutos aplazados, que se jugaron precisamente también en el Bernabéu, y que dejaron como saldo la victoria del Zaragoza por un penalti. (Penalti que se había señalado en el encuentro anterior, y que fue lo que motivó la suspensión.) La víspera, la Real entrena un partido de seis minutos; el Madrid realiza una sesión de 275 tiros a puerta, de los que entraron 44. Los periódicos informan al detalle de todo ello. El partido es a las 18.00, la entrada es libre. ¿Cómo cobrar por seis minutos? El minipartido compite con la cabalgata de los Reyes Magos, pero registra una buena entrada: 22 000 espectadores cargados de fe. El juego se reanudará con saque de puerta por parte de la Real.

A la hora de la verdad, los donostiarras salen encogidos y el Madrid gana casi todos los balones divididos. Llega tres veces al área sin encontrar el remate; a la cuarta, Morientes dispara y detiene Riesgo. Por fin, al quinto minuto de juego, Ronaldo recibe, encara a Labaka, le hace una bicicleta y este le derriba. Penalti sin discusión. Tira Zidane y lo transforma, ante el júbilo del Bernabéu. Luxemburgo cambia a Ronaldo por Pavón. La Real intenta ahora atacar con rabia, pero solo le quedan dos minutos. Para enfriar, Luxemburgo cambia a Raúl por Solari, el tercer cambio del Madrid (el primero fue el 12 de diciembre, cuando Figo había dejado paso a Owen). La Real bombea dos balones al área, el partido termina. Amorrortu comparece en la conferencia de prensa con expresión alucinada. Luxemburgo, como un palomo buchón. El Madrid ha ganado dos puntos en seis minutos. Eso le pone tercero, con 31, empatado con el Sevilla, aunque aún a 11 del Barça. Pero el Madrid remontará poco a poco, no conseguirá la liga, pero llegará a darle un susto al Barça con su persecución. Aquellos seis minutos pusieron la base para ello. Ese día nació la «Cofradía del Clavo Ardiendo», expresión que lanzó Míchel en un artículo en AS.