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REAL MADRID

Urban: “Al sentir los pitos supimos que hacíamos historia...”

Fue el héroe de Osasuna aquel día en el Bernabéu al marcar tres goles. Actualmente entrena al Lech Poznan, el equipo en el que se dio a conocer Lewandowski.

Urban: “Al sentir los pitos supimos que hacíamos historia...”
AStv

—¿Cómo le va?

—Pues acabo de terminar la primera vuelta de la temporada con el Lech Poznan. Sigo teniendo casa en España. En Pamplona se vive fenomenal, y aquí estoy pasando las vacaciones.

—Lech Poznan. ¡El equipo del que salió Lewandowski!

—Es el actual campeón. El Legia de Varsovia le suele disputar el título siempre.

—¿Tiene buena cantera?

—Bueno, Lewandowski llegó de un Segunda. Fue pichichi en Polonia y de aquí se fue al Borussia.

—¿Cómo se vive en Polonia el momento de Lewandowski?

—De aquí suelen salir siempre buenos jugadores: Smolarek, Lato, Boniek, que es presidente de la federación polaca. Ahora es Lewandowski el que representa mejor el fútbol de nuestro país.

—¿Le ve jugador para el Madrid?

—Por supuesto. Al final el mundo del fútbol es un negocio y hay grandes equipos interesados en sus servicios. Ya está jugando en uno de los grandes de Europa, el Bayern, y no va a ser fácil sacarle de allí.

—¿Por qué la selección polaca no está ahora al nivel de hace unos años?

—La selección tuvo muy buen nivel en los años 70 y 80. El tercer puesto del Mundial de España, el quinto del Mundial de Argentina. Antes terceros en Alemania 74, campeones olímpicos en el 72, subcampeones en Barcelona 92…

—¿Por qué bajaron el nivel?

—Ahora estamos resurgiendo de la mano de Lewandowski. Hemos ganado al campeón del mundo, Alemania, en la fase de grupos de la Eurocopa. Y estaremos en Francia.

—¿Se acuerda del 0-4 del Bernabéu?

—Fue histórico para mí y para Osasuna como club. Aquella temporada fuimos cuartos justo por detrás del Madrid. Fuimos al Bernabéu sin nada que perder. Y en esa fecha tan extraña, casi en fiestas. Nos planteamos aquel partido como un regalo. E hicimos el partido perfecto, desde el principio.

—¿Cuándo fue consciente de la dimensión de lo que estaban haciendo en el Bernabéu?

—Cuando sentimos el disgusto del público con el Madrid, primero los pitos y luego las almohadillas que caían al campo, supimos que estábamos haciendo historia. Ya sabe cómo es el público del Madrid. También sabe reconocer el buen partido del contrario. Con el 0-3 o el 0-4 incluso nos aplaudían.

—La liaron bien gorda…

—Bueno, cuando eres el rival poco te importan los problemas del contrario. Nos dedicamos a disfrutar de lo que hacíamos y punto.

—¿Le dijo algo algún jugador del Madrid?

—No… Vimos muchas caras serias, pero nadie dijo nada.

—¿De qué gol se acuerda más?

—El segundo fue un golazo. La Prensa echó incluso cuentas: golpeé el balón a 38 metros y a una velocidad de 95 km/h…

—¿Cómo terminó un polaco en Osasuna en los años 80?

—Fue una sorpresa. Yo no era nada conocido, ni el mercado español se fijaba en Polonia. Llegué con 27 años. En aquellos tiempos no era fácil salir de Polonia. El régimen interno prohibía inicialmente salir del país antes de los 30 años. El primero que lo consiguió fue Boniek, a la Juve, con 27, porque lo habían bajado a esa edad. Al final quitaron esa norma. Después de él salieron más, como yo. Pero era raro ir a España, la mayoría terminaba en Alemania, Francia, Grecia…

—¿Y por qué llegó a Osasuna?

—Tuvo mucho que ver una eliminatoria de Copa de Europa que jugué con el Górnik Zabrze ante el Madrid. Perdimos los dos partidos pero jugamos muy bien. En casa fue un 0-1, después de un penalti a Butragueño que marcó Hugo Sánchez. Y en el Bernabéu a falta de 13 minutos ganábamos 1-2 y estábamos clasificados. Pero entró Paco Llorente y revolucionó el partido. Y perdimos 3-2. Después contactaron conmigo. Yo ni siquiera era delantero. Era extremo zurdo de toda la vida. Llegué a Pamplona en el 89 y me dijeron que jugaría arriba porque Osasuna tenía como extremo zurdo a Martín Domínguez, que incluso llegó a la Selección. Logramos formar un gran equipo…