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ATLÉTICO DE MADRID | LA ENTREVISTA

Koke: “¿Levantar la Champions en 2016? Y por qué no...”

El jugador del Atlético posa con su Gillette con tecnología FlexBall y habla con AS de lo que ha sido 2015 y de lo que espera en 2016. Apunten un nombre: la Champions.

Koke desea un 2016 lleno de éxitos a todos los atléticos.
Koke desea un 2016 lleno de éxitos a todos los atléticos.EMILIO COBOS
AStv

—Conoce a muchos futbolistas que, como usted, de niños durmieran con un balón?  

Regalo para Koke en Navidad: Gillette FlexBall

Koke posa orgulloso con el modelo Gillette con tecnología FlexBall. Éste será, seguro, uno de los regalos que en Navidad le esperarán bajo el árbol. Si Arda puso de moda la barba, ahora el español hace al revés. Marca tendencia con la cara totalmente afeitada. Y lo explica: “En el vestuario hay muy poca gente que ahora la lleve y por qué no volver a poner de moda el afeitado. Ahora mismo se está volviendo a ello, a lo tradicional...”. Pues eso.

—Pues... ¡no sé! No le he preguntado a ninguno: “Oye, ¿tú dormías con un balón?” (ríe). 

—Y, usted, ¿cómo empezó?

—¡No sé (ríe)! Es como cuando a una niña le regalan un peluche y duerme con él, pues yo cogía mi balón y lo mismo. 

—¿Y su madre? ¿Qué decía?

—Cuando se manchaba ya no me dejaba. Decía que ensuciaba las sábanas, claro (ríe).

—Su hermano Borja, también fue futbolista, ¿aprendieron a jugar en los pasillos?

—Alguna vez. Pero mi casa no era muy grande y mi madre nos dejaba bajar al parque. Mejor no romper nada… Imagínate.

—Llegó al Atlético con 7 años. Entonces la referencia era Torres, ¿recuerda verle entrenar?

—Sí. Todos los pequeñitos queríamos ser como él. Decíamos: “Si él está, nosotros también podemos”. Tienes ese sueño... Y yo he tenido la suerte de poder cumplirlo.

—¿Alguna vez le pidió alguna foto?

—Sí. Una vez, nada más empezar: hicieron una foto con todos los chicos de la cantera, él estaba y tuve la oportunidad de hacérmela, con Luque y él.

—Hoy comparten vestuario…

—Es bonito, la verdad que lo es. Tienes a tu ídolo de la infancia al lado, aquel cuyos pasos intentabas seguir, y dices: “Jo...”. Cada día intento aprender de él. 

—¿Qué sintió la primera vez que entró en el vestuario de los mayores?

—Buah. ¿De verdad? Estaba acojon… (ríe). Era un sueño entrenar, estar allí. Y estaba asustado, muy nervioso, pero luego, cuando sales al campo y tocas el balón, se te quita todo.

—¿El futbolista con el que ha compartido vestuario que más le ha sorprendido?

—Como persona, Gabi. Y como futbolista, muchos. Kun te ganaba los partidos solo. Forlán chutaba de cualquier lado y las metía todas. Diego (Costa), igual, ganaba partidos casi solo. Puf... Arda también era espectacular. Y Diego Ribas… Ha habido muchos, muchos.

—¿A quién echa más de menos?

—Mmm. Creo que a Thibu (Courtois), por la amistad que teníamos. Era mi compañero de habitación y siempre estábamos juntos. 

Como con Raúl García

—Sí. Su marcha fue… Pero, ¿la verdad?, siento como si estuviera todavía con nosotros. Es alguien espectacular. Humilde, trabajador, nunca ponía una mala cara... Un futbolista como él lo quieres siempre en tu equipo.

—El día antes de que se fuera, este verano, pudo decirle adiós de la mejor manera. Con un gol en el césped, en el Pizjuán...

—Jolín. Nosotros ya sabíamos que se iba a marchar y ese día hablé con él y se lo dije: “Rulo, voy a marcar y te lo voy a dedicar”. Y él me decía: “A ver si es verdad...”. Y, sí, tuve la fortuna de hacerlo...

—Acaba 2015. Toca valorar. ¿Qué ha sido para Koke?

—Un poco de todo. Ha habido momentos complicados después de tantas lesiones. Momentos en los que no estuve a mi mejor nivel y otros que sí. 

—¿Y para el equipo? ¿Qué ha sido este año que se va?

—Ha habido mucho cambio de jugadores y hay un proyecto muy bonito. Gente joven, buena, que ha tenido un año de adaptación, cumpliendo el objetivo, que era ser terceros. Pero creo que el año que viene va a ser mejor. Espero que sea mejor.

—¿Qué partido de 2015 nunca olvidará Koke?

La Supercopa de España. Los dos. El partido del Bernabéu fue muy bonito, muy intenso. Justo, marcamos el empate al final... Y luego el de casa: empezar marcando... Y todo lo que hicimos para poder ganar ese título.

—Lo peor de 2015 es, quizá, la lesión de Tiago. ¿Cómo la vivieron en el campo?

—Fue un momento duro. Cuando se lesionó ya se veía que tenía algo grave. Se quejaba mucho. Yo le veía y sólo pensaba: “Ojalá sea lo menos posible”.

—¿Cuánto afecta su baja?

—Es importante. Es el que da equilibrio. 

—¿Su lesión le afecta especialmente a usted por que puede cambiar su rol en el campo?

—No, mi posición y mi rol son prácticamente los mismos. 

—Koke en el centro. Koke en la banda. Pues se ha hablado mucho de eso. Pero, diga: ¿dónde se siente Koke más cómodo?

—¿Es que sabes qué pasa? Cuando jugamos en la banda, ya sea yo, u Óliver, o Saúl, o el que sea menos Yannick, que es diferente, más vertical y regateador, los demás tiramos para el centro y es como si jugáramos como un mediocentro más: empiezas en banda pero luego partes siempre para el medio y juegas libre.

—Cuando juega en el centro, ¿cambia mucho su fútbol?

—Cuando estoy en el centro intento cogerla y conectar con los delanteros, jugar con los extremos para intentar avanzar, presionar y colocar al equipo bien. Aunque, claro, cada partido es diferente...

—¿Estudia los vídeos y estadísticas después de un partido como Griezmann o Moyá?

—No. Nunca me he puesto a estudiar mis partidos. Intento quedarme con lo que hago bien o mal durante ellos. Más en lo malo, para mejorar y no cometer esos errores en el siguiente.

—A principio de temporada se dijo que Koke no era Koke...

—Sí, se ha dicho. Pero hay momentos en los que uno está mejor y otros peor. 

—Pero usted, cómo se ha sentido en el campo. ¿Diferente?

—¿Sabes qué pasaba? Que a lo mejor veía que no estaba tan en contacto con el balón y, quieras o no, yo soy una persona que necesita estar con el balón y, si no, sufro. Pero ya voy cogiendo ese ritmo de tenerlo y hacer jugar al equipo. En estos últimos partidos creo que ya se está viendo al Koke de siempre.

—¿De qué gol se sentirá más orgulloso toda la vida?

—Hombre, ¡de todos porque me cuesta, eh...! Pero aquel al Barça en la Champions…

—¿Y el pase?

—El de la final de Copa en el Bernabéu. A Miranda...

—Dijo una vez que el mejor jugador contra el que había jugado era Messi. ¿A qué obliga cuando uno lo tiene enfrente?

—A ver, intentas estar más concentrado porque sabes que, aunque estés al cien por cien, te hará algo diferente. Por ejemplo: sabes que viene de la derecha y que se va a meter para dentro… Y sabes que lo va a hacer. Y se la intentas quitar y no puedes porque es tan bueno que es difícil pararle.

—¿Qué es Simeone en su carrera?

—Casi todo. Llegó y me dio la confianza que necesitaba para explotar el futbolista que llevaba dentro. 

—¿Y en las distancias cortas, en la caseta, cómo es?

—Igual, igual, igual. Entrenando, en su vida, en los viajes… Es el mismo, siempre. Su filosofía es su forma de vida y lo que transmite en el campo es lo de fuera. Siempre intenta ayudar a todos y siempre piensa en el grupo. Un grupo unido y fuerte es lo que lleva al éxito.

—Usted lo vive. Pero también le tocaron épocas malas en el Atleti. ¿Se ven lejos ahora?

—No, muy lejos, no. Fue hace cinco años. Yo estaba con Manzano y, me acuerdo, cuando nos estaba eliminando el Albacete de la Copa, un Segunda B. Lo piensas ahora y dices: “Joe, cómo cambia tanto un equipo... De ser eliminado a ganar tanto... Una Europa League, una Copa, una Liga…”. Y somos los mismos, prácticamente. Pero eso te obliga a trabajar más día a día. Hemos llegado a un nivel tan alto, se nos exige tanto que, pierdes un partido, y parece que está todo mal. Y no.

—En 2015, una de las cosas que le pasaron es que le dieron el brazalete de tercer capitán. Cuénteme cómo fue.

—Volví de la Selección y hablé con el míster. Él me dijo que iba a ser el tercer capitán. Que ya llevaba bastante en el primer equipo, que tenía esos valores de club para poder serlo y que quería que fuera el tercero, que cogiera esa responsabilidad ya, aunque fuera joven. 

—Para usted, ¿qué significa ese brazalete? ¿Cambia?

—Intentas ser más responsable. Cuidar un poco más los detalles de cómo eres como persona. A ver, yo soy como soy y no me va a cambiar un brazalete, pero intentas dar ejemplo a todos, ayudar a la gente joven que viene, darles consejos... 

—Como Antonio López hizo con usted, por ejemplo.

—Sí. Eso. 

—¿Un consejo que él le diera?

—Me acuerdo un partido, en Zaragoza. El equipo no estaba bien. Llevaba una racha de cuatro o cinco sin ganar y llegó Quique Sánchez Flores y me puso de titular. Imagínate. Era un partido complicado y Antonio, antes, me escribió un mensaje al teléfono: “Eres igual de importante que yo, Forlán o Agüero...”. Y lo leí y, cuando salí al campo, lo hice mucho más tranquilo.

—De los fichajes de este año, ¿quién le ha sorprendido más?

Yannick, yo creo. Al Atlético es complicado adaptarse. Los jugadores lo notan. Vienen de ser los mejores con sus equipos y aquí te cuesta entrar. Pero él ha empezado muy bien. Y para nosotros es importantísimo. 

—Y es un extremo, un jugador que el Atlético no tenía…

—Sí. A mí me recuerda mucho a Diego Costa cuando cogía el balón, arrancaba y te daba esa verticalidad que, en algunos partidos la temporada pasada, nos hizo falta. Ahora nos viene de perlas alguien como Yannick. 

—Habla de Costa. Qué complicidad tenían...

—Buah. Es difícil asociarme con alguien como con Diego: yo cogía el balón y, sin mirar, ya sabía lo que él iba a hacer. Ahora nuestro juego no es tan directo: es más colectivo. Puedes jugar con Yannick, con Griezmann, con Gabi, con Óliver… Hay mucha gente de tocar.

Godín cuenta que la camiseta de la Liga la guarda su madre. ¿Y usted? ¿Donde la tiene?

—En mi casa, con todas las camisetas que, el día de mañana, cuando me retire, voy colgar. Quiero ponerlas todas juntas.

—¿Cuáles guarda?

—Sobre todo las de las finales. La que falta es la de mi debut. Esa la tiene mi madre. Es un regalo que la hice. 

—¿Y de las camisetas que no son suyas, que ha pedido a rivales, cuál es la más especial que tiene?

—Son tres. La de Fernando Torres, la de Xavi y la de Iniesta.

—Con Iniesta precisamente intentará uno de sus retos en 2016... La Euro de Francia.

—Y bien grande que es (ríe). Mi sueño es estar en esa Eurocopa y poder ganarla. Hay ganas. A la Selección hace un año se la criticó bastante pero, después de todo ese cambio, es difícil hacer un grupo, un equipo que vuelva a jugar igual. Pero poco a poco creo que lo vamos haciendo. 

—Sí, porque cuando usted llegó a La Roja, vivió lo peor de los últimos años: el Mundial de Brasil. ¿Fue duro?

—Claro. Después de ver a todos esos jugadores ganar tanto, estar eliminado al segundo partido... Es un palo gordo. Y yo, tan joven, que tienes la ilusión de jugar un Mundial, de llegar lo más lejos posible, o intentar ganarlo, como el anterior, pues imagina... 

—¿Ha llorado alguna vez después de un partido?

—Sí. Cuando ganas, lloras de felicidad y, cuando pierdes, porque tienes esa rabia dentro.

—¿La última vez?

—En la final de Lisboa (silencio).

—Godín siempre dice que la Champions es el sueño y también el gran reto. ¿Se puede decir que el Atlético puede aspirar realmente a ella en 2016?

—¿Por qué no? Es el sueño de todos, de atléticos y de jugadores. También hay que ser realistas, sabemos que es muy difícil, pero es un objetivo del aficionado, que siempre quiere ganar todo, y nuestro como futbolistas. El del club es entrar cada año en Champions e intentar pasar la fase de grupos, que…

—Que, de momento, esta temporada, ya han logrado…

—Sí (sonríe), es algo que ya hemos hecho. Y ojalá podamos llegar otra vez a otra final y, por qué no, ganarla.