Los vecinos se oponen al nuevo estadio de Beckham en Miami
A los vecino de la zona les preocupa mucho la transformación del barrio de Overtown. La idea del inglés es que el nuevo estadio esté construido en un plazo de dos o tres años.
Cuando parecía cruzarse la línea de meta, el proyecto de Beckham en la MLS sufre otro varapalo más. Esta vez, un grupo de vecinos se ha hecho eco de su disconformidad con la construcción del estadio. Algo que, en principio, no hace correr peligro el proyecto, pero sí podría dificultarlo.
El plan MLS de Miami por fin suspiró hace varias semanas cuando cerró, 22 meses después del anuncio oficial (en febrero de 2014), la sede definitiva del futuro estadio y la compra de cuatro acres de terreno (de los nueve necesarios). El jugador reconoció recientemente que la meta es que esté listo en tres años o, en el mejor de los casos, dos. Como cláusula de su contrato como jugador en el Galaxy, Beckham tuvo el incentivo de optar a una nueva franquicia por un coste muy reducido: 25 millones de dólares (22,7 millones de euros). Ahora, con la ayuda financiera del magnate boliviano Marcelo Claure, lo ha podido llevar a cabo.
Pero un grupo de residentes de Overtown y Spring Gardens (un pequeño barrio aledaño al primero) se hace escuchar y vocea su disconformidad con el proyecto. Para empezar, en la junta inicial y primera toma de contacto con los residentes, varios de ellos expresaron su indignación. Todo vecino tenía la posibilidad de tomar el podio hasta dos minutos e incluso hubo una pareja que cedió el micrófono a su hija de nueve años, que suplicó: “Por favor, no nos echen de nuestro barrio, la única casa que conocemos”. Y ahí está la preocupación principal: la gentrificación, un proceso en el que la transformación urbana de un barrio humilde (como es Overtown) desplaza progresivamente a su población original.
Luego, el canal Local 10 de Miami recogió otras preocupaciones. “¿Qué altura tendrá el estadio?”, preguntó un vecino preocupado por la probable pérdida de luz solar directa a la zona. “El tráfico ya es una plaga, ¡imagínense como estará el acceso con esto!”, clamó otro.
Por último, el grupo Beckham también se enfrenta el alcalde de la ciudad de Miami: Tomás Regalado. El político es un declarado opositor del proyecto desde sus inicios. Lo fue en las tres primeras sedes sugeridas y, ahora, en la cuarta: “¿Y el párking? Ellos dicen que su ausencia promoverá el uso del transporte público, pero aquí no existe esa cultura: la gente conduce sus coches y punto”.