Vietto y Saúl evitan un lío en Reus
El Reus se adelantó en el marcador, con un gol de Fran, y acabó apretando mucho al equipo de Simeone. Vietto y Saúl le dieron la vuelta al choque.
Interior, vestuario del Municipal de Reus. Noche: Simeone ha repartido ya papeles. Hay silencio. Se rueda la serie que el Atlético nunca quiso protagonizar: La vida sin Tiago. El de Reus es su episodio piloto aunque en realidad podrían decirle cásting. El entrenador busca sustituto al portugués y la primera prueba es hoy, en la Copa, ante el líder del Grupo III de Segunda B. Tres candidatos optan a ocupar su puesto: Saúl, Thomas y Koke. Siete habituales se han quedado en Madrid, entre ellos ese francés que, con un bigotito a lo Clark Gable, suele hacer de héroe. Muchos secundarios toman el papel de protagonistas. De los de siempre sólo está Koke. Y lleva la C de capitán al brazo. Éste es el primer partido de la temporada que puede lucir brazalete.
Exterior, césped del Municipal de Reus. Noche: los jugadores se reparten por el césped. Cada uno va ocupando su lugar, como si lo tuvieran pintado en tiza en el suelo, como en esa película de Lars Von Trier, Dogville. El dibujo es el mismo de últimamente, un 4-3-3 con el que el Atlético presiona más arriba y ahoga a sus rivales. Saúl hace de Tiago, Thomas de Gabi y Koke de Tiago, de Gabi y de Koke a la vez. Por delante, Óliver juega a la derecha, Correa a la izquierda y Vietto solo en punta. Enfrente el Reus se presenta como un antagonista fuerte y bien plantado. Simeone no quiere sustos y por eso su equipo sale según el plan esbozado: ellos dominan y los otros, los de casa, se dejan dominar. La primera ocasión nace de las botas de Óliver, que cada vez que toca el balón éste sale más limpio: deja solo a Vietto ante Badía, pero el argentino tira al centro y el portero detiene.
Pasa el tiempo. Veinte minutos. Algo cambia. El Atlético no termina de encontrar líneas de fuga y el Reus crece, con Rafa García y Folch vaciándose en el centro. En el rojiblanco, Saúl no es Tiago. A veces falla en la salida del balón. A veces, pierde balones importantes. Y por ahí, precisamente, llega el primer giro de guión. El Atlético falla en cadena. Primero Saúl, luego Thomas y más tarde Lucas que, en vez de despejar ante Fran, le da una patada al aire. El delantero se queda solo ante Moyá y sólo tiene que darle con el exterior para batirle. 1-0. Y la grada llama gesta a la película durante siete minutos, los mismos que tarda Óliver en coger en balón y centrar desde la derecha a Vietto, que se eleva como si fuera Jordan (quizá en fuera de juego) para rematar. 1-1. El guión deja de apuntar a la tragedia.
Exterior, césped del Municipal de Reus. Noche: comienza la segunda parte y el Atlético tarda en volver. Su cuerpo está. Las cabezas aún no. El Reus aprovecha y toma el control gracias al desparpajo de Haro a la derecha y de Colorado, inmenso en el corte y la distribución. Natxo González saca de escena a los cansados (Rafa García o Fernando) para dar aire a su equipo. Simeone no saca a nadie, no mira al banco, sólo mueve sus piezas en el campo. Koke y Saúl intercambian puestos y, con el primero al mando, el Atleti mejora. Entre los dos fabrican el segundo.
Koke bota un córner al primer palo y Saúl remata. Pero eso no trae consigo el The End. Todo lo contrario. El partido se rompe. El Reus se va arriba y, en el ambiente se masca otro giro letal, como en un relato de Raymond Carver, donde parece que el cielo siempre trae tormenta aunque al final no pase nada. Edgar roza el 2-2 después de un córner y un centro de Colorado y el Atlético, el 1-3 tras una gran jugada de Siqueira, que deja solo a Vietto ante Badía, pero el argentino, que lo había hecho todo bien, define fatal. Cuando el árbitro pita, Simeone se va con sensaciones encontradas del visionado de episodio piloto. Bien Koke, Óliver y el gol de Vietto. Regular Saúl. Claro no le deja a quien darle el papel de Tiago. A ver el capítulo del sábado ante el Granada.
Fundido a negro.