EL PESCAO

“Más fácil que regrese Mou que la vuelta de El canto del loco”

Los tiempos de El Canto del Loco se esfumaron para David Otero El Pescao, en Las Estaciones de Juan desvela sus planes y confiesa su madridismo y su pasión por Modric.

El Pescao muestra sus dotes de futbolista.
AStv
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—Las fuerzas divinas le llevaron a la música porque como futbolista tenía un futuro muy negro.

—Era de los peores, muy endeble, poca cosa físicamente, nunca me sacaban a jugar y yo me desmotivaba, no iba a entrenarme, me esforzaba lo mínimo y fui dejando de jugar. A los 25 años me fui a vivir a Buenos Aires y un amigo me invitó a jugar con ellos un partido de fútbol-5, que es muy habitual allí, y a pesar de mis escasas facultades la gente era muy maja y me animaba a seguir y fui mejorando, y desde entonces no he dejado de jugar hasta hoy, siempre de mediocentro. Todos los lunes juego con mi equipo en el campo del Rayo Majadahonda.

—¿Mediocentro defensivo o virtuoso?

—A mí me gusta jugar de media punta, y el que siempre me gustó fue Laudrup, un tipo genial que definía el partido con su último pase. Lo que pasa es que como yo no llego a esa excelencia me toca pringar y tengo que jugar más retrasado.

—¿Su futbolista favorito de los actuales?

Modric, sin duda. Tiene mucho poder y es muy inteligente. Se equivoca poco y siempre encuentra una salida. Es un jugador clave al que el Real Madrid echó mucho en falta el año pasado cuando se lesionó. La temporada se acabó para el Madrid cuando él dejó de jugar.

—¿Cuándo empezó a disfrutar con el Real Madrid?

—Desde siempre, aunque siendo un jovenzuelo me llevé un berrinche total cuando perdió el Madrid las dos Ligas en Tenerife, ¡cómo lloré, dios mío, cuando encajó Buyo ese gol deslumbrado por el sol!

—Sin embargo, su primo, Dani Martín, disfrutaría de lo lindo, ¿se peleaban mucho en la época de El Canto del Loco?

—De fútbol no discutíamos, cada uno a lo suyo y ya está. Discutíamos por otras cosas.

—Podemos confirmar que su rivalidad futbolística no fue la causa de la disolución del grupo.

—Totalmente. Nos separamos por otras razones que tenían que ver con la música y los criterios de cada uno para seguir adelante.

—¿Cómo es ahora su relación con su primo, Dani Martín?

—Hablamos de vez en cuando, pero ya no tenemos esa relación tan estrecha que teníamos. Fue una relación muy emocional de diez años que como las relaciones de pareja un día acaban.

—¿Su familia le apoyó cuando decidió dedicarse en serio a la música?

—Mis padres me veían algo perdido porque me pasaba todo el día escribiendo canciones y tocando la guitarra y creo que mis padres no acababan de intuir que ahí estaba mi futuro, una carrera profesional, porque ellos esperaban que yo fuera abogado, o algo así. Empecé la carrera de Derecho pero la abandoné pronto. Y cuando formamos El Canto del Loco y empezamos a tocar les pedí dinero para comprar una guitarra y me lo dieron sin problemas.

—¿Les sorprendió mucho el éxito que alcanzaron?

—Ha sido una sorpresa hasta hoy. Editar un disco cuando tienes 20 años es casi increíble, sólo ese hecho, que te graben un disco. Y luego que tenga repercusión, las entrevistas, periodistas que me llamaban y me preguntaban cosas y yo no entendía que a alguien le pudiera interesar nada acerca de mi vida. Cuando escuchas tus canciones en la radio sigue persiguiéndote el asombro y después, los conciertos y descubres, de repente, que eso funciona y acuden miles de personas a tus conciertos.

—Llegaron a actuar en el Vicente Calderón.

—Ese fue el concierto más grande que hemos hecho. Actuamos junto a Hombres G y ese acontecimiento lo vivimos de una manera muy tranquila porque no puedo decir que ese día marcara mi vida, no, fue un concierto más. Además, los Hombres G eran como de la familia, mis padres se conocieron gracias a los padres de Dani Mezquita, el guitarrista del grupo y amigo mío de la infancia, y fue una verdadera hermandad.

—Tras esa actuación en el Calderón, ahora le falta saltar al Bernabéu.

—Eso sería flipante, no sé si llegará ese momento, pero me encantaría.

—La vida de El Canto de El Loco duró diez años, estaban triunfando y se rompe el asunto, ¿qué ocurrió?

—No sé, es como si te vas a cenar con unos amigos y te tiras diez años sin moverte de la mesa. Llegó un momento en que a cada uno del grupo nos surgió la necesidad de levantarnos y hacer otras cosas.

—¿Se aburrieron de estar juntos?

—No nos aburrimos, nos divertimos hasta el final, esa es la verdad. La historia funcionaba bien, sobretodo a nivel económico, pero eso no era lo más importante. Por lo menos no era lo que más me importaba a mí. El dinero pasa a un segundo plano cuando la pasión te guía por otros caminos. Ocurrió que dejamos de coincidir en la música, en las canciones que componíamos.

—¿Qué tal con las fans?

—Ahí yo daba un paso a un lado, no es lo mío. Nunca me agradó el fenómeno fan y, además, jamás pensaba que pudiera despertar pasiones a nadie.

—¿Ahora en solitario aspira a tener el éxito que obtuvo con su grupo anterior?

—No me puedo fijar en eso porque sería muy dañino. Sigo adelante y veremos dónde llegamos. A veces echo de menos algunos momentos triunfales de aquella época pero enseguida me sacudo esos aires.

—La relación con las discográficas ya no es la misma, de hecho el último disco lo pagó de su bolsillo.

—Pues sí, de momento soy independiente pero hemos hecho 80 conciertos, una cifra nada despreciable, y he tocado en México, en Argentina y ahora vuelvo a América. También hemos llenado La Riviera, de Madrid, que para mí era un reto. La cosa no va mal y, además, he querido darme un descanso del mundo discográfico. He invertido una pasta en el disco, pero era lo que quería hacer. Otros con sus ahorros se compran un coche, yo he grabado un disco.

—Se hace llamar El Pescao pero no come carne ni pescado, es vegetariano y bebe más agua que otra cosa. La leyenda del “sex, drugs and rock and roll”, ¿a qué le suena?

—Yo no he vivido eso así que no me suena a nada, quitando las referencias culturales que todo eso acarrea. Cuando nos íbamos de botellón era el único que no bebía alcohol ni tomaba drogas, nunca me ha gustado. Puedo decir que no he bebido una copa en mi vida.

—Delicado asunto porque para un rockero el lado oscuro siempre suele vender más.

—Pues sí, bastante más, pero qué le vamos a hacer, creo que se lo pongo fatal a la gente de promoción. Pero esa faceta, digamos que extravagante, también forma parte de mi márketing. Soy diferente.

—¿Cuáles han sido sus referentes en la música?

—El grunge de los 90, Nirvana, Green Day, Metálica, Aerosmith, Pearl Jam, con ellos he aprendido música y a tocar la guitarra.

—Pues Kurt Cobain no era abstemio, que digamos.

—No, de él cogí lo bueno. Me fijé en sus composiciones, sus canciones y melodías, y en la manera en que ponía las manos en la guitarra. De lo otro preferí no enterarme.

—¿Revisando el origen de los músicos que le acompañan se podría decir que hacen rock manchego?

—(Ríe) En la forma se podría decir que sí porque todos los que tocan conmigo son de La Mancha. Esa gente manchega me mola mucho, no sé por qué pero conecto mucho con ellos, por la forma de ver la vida, su humor, por el queso, ja, ja, no sé. Por ejemplo, Joaquín Reyes, el cómico, es muy amigo de Raúl, mi guitarrista, es un tipo genial, como todos los manchegos, ya digo.

—¿Es más fácil que vuelva Mourinho al Real Madrid que se reúna, de nuevo, El Canto del Loco?

—Ja, ja, ahora mismo creo que sí. No me planteo el regreso del grupo. Nos tendría que apetecer a todos de corazón y ahora eso no ocurre. Creo que es más fácil el regreso de Mourinho, me encantaba como entrenador pero su comportamiento personal me dejaba frío. Hay muchas cosas que no me gustaron de él, como el trato que tuvo con Casillas. Aunque, la verdad, no sé realmente lo que había detrás de todo eso. Creo que eso lo sabrán muy pocos.

—¿Qué le contaba su amigo Guti de las cosas del Madrid?

—Con Guti sólo hablábamos de música, nunca de fútbol y con Torres, que también es amigo mío, pasaba lo mismo. Nunca les preguntaba porque les tenía mucho respeto y no está bien abusar de la confianza de los amigos.

—¿Y quién tiene mejor gusto musical Guti o Torres?

—¡Morata! Que era fan de El Pescao a tope. Cuando estaba en el Castilla me ponía tuits en los que decía que iba en el autocar del equipo escuchando mi música. Así que me quedo con el gusto musical de Morata. Guti también ha venido a muchos conciertos míos y le tengo mucho cariño, igual que a Iker, que siempre me ha echado un cable cuando ha tenido la menor oportunidad y me promocionaba en las redes sociales. Me avisaban de que Casillas había colgado una canción mía en su facebook ¡y que lo habían visto más de 5 millones de personas! Eso es un amigo.

—¿Cree que le vendría bien ahora Morata al Real Madrid?

—Por supuesto, no entiendo que hace jugando en la Juve porque me parece muy diferente a todos los delanteros centro que hay en la actualidad. Me encantaría que volviese y el Madrid lo iba a agradecer, y todos los aficionados. ¡Ojalá se forje bien en Italia y venga pronto!

—¿A quien le tiene más manía al Atleti o al Barça?

—A ninguno de los dos. Me gusta el fútbol y veo partidos del Barça juegue contra quien juegue, y del Atleti, también. No soy un hooligan furioso.

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—¿De donde viene lo de El Pescao?

—El Pescao era una canción de El Canto de El Loco y ahí se quedó, estaba en el disco Zapatillas y yo la cantaba en directo. Y cuando la gente me veía me decía… ¡hombre Pescao..! y todo el mundo empezó a vincularme a esa canción y decidí ponerme El Pescao, pero igual un día cambio.

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