Un portero de 16 años sienta a Diego López en el Milán
Mihajlovic decidió este domingo quitarle el puesto de titular a Diego López para dejar las llaves de su portería a Gianluigi Donnarumma, un chico de 16 años y ocho meses.
Una de las razones de la crisis del fútbol italiano es la falta de confianza (e inversiones) en las canteras de sus equipos. Casi nunca los clubes de la Serie A apuestan por sus jóvenes, y los talentos del Bel Paese (que hay muchos) acaban a menudo llegando a los 23 ó 24 años sin las experiencias que les pueden convertir en un crack. En un contexto como este, de repente, Sinisa Mihajlovic este domingo decidió quitarle el puesto de titular a Diego López, el exportero del Real Madrid, para dejar las llaves de su portería a Gianluigi Donnarumma, un chico de 16 años y ocho meses.
No fue un récord del Milán (Maldini se estrenó con 16 años y 6 meses) ni de la Serie A pero el objetivo no era este. Ese niño tenía la responsabilidad de no encajar goles en el momento de mayor crisis del Milán, en San Siro, con los tifosi enfurecidos mostrando pancartas contra la entidad rossonera y los mismos jugadores. El conjunto milanés, al final, pudo coger aire batiendo al Sassuolo 2-1 y la actuación de Donnarumma fue positiva, aunque su falta de experiencia pasó factura en el tanto visitante.
Es el último capítulo de una historia que parece la de un predestinado: nacido el 25 de febrero del 1999 en Castellammare di Stabia, cerca de Nápoles, Donnarumma lleva ya años siendo uno de los talentos más esperados en Italia. El famoso agente Mino Raiola, en abril, dijo que “en clubes como el Ajax o el Atlético de Madrid, ya estaría jugando con el primer equipo”, y este verano el seleccionador de la Azzurra Antonio Conte lo definió como uno de las mejores promesas de la nazionale Sub-17. El pasado 30 de julio, además, disputó los últimos minutos del amistoso entre Milán y Real Madrid.
Su hermano Antonio, de 25 años, también es portero (actualmente milita en el Genoa) y creció en la cantera del Milán: fue gracias a él que Gianluigi escogió a los rossoneri renunciando al Inter. Desde 2013, en el equipo de Berlusconi empezó a subir de categoría hasta llegar a lo más alto. Su futuro parece escrito y, gracias a la valentía de Mihajlovic, ahora todo el mundo lo sabe.