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VILLARREAL 4 - DINAMO MINSK 0

Bakambu es oro: tumba cojo al Minsk y marca gol cada 67'

El congoleño decidió y ya lleva cinco goles en 335 minutos, pero volvió a recaer de su esguince. Soldado y Bailly sentenciaron en un buen segundo tiempo.

El Villarreal golea al Dinamo de Minsk
El Villarreal golea al Dinamo de MinskJOSE JORDAN

Llegó como tapado, siendo un desconocido para el gran público, a la sombra de Soldado, Baptistao y Adrián pero ya puede decirse, con datos y sin miedo a la equivocación, que Bakambu es el jugador más decisivo de este Villarreal. Su doblete al Minsk no sólo encarriló un partido trabado sino que, además, disparó su cifra goleadora a cinco tantos en sólo 335 minutos. Con sólo dos titularidades, con un esguince que le volvió a dar guerra en Europa, el congoleño marca un gol cada 67 minutos. Unos números que refuerzan sus muchas cualidades y que le convierten en la gran revelación y en el ojito derecho de El Madrigal.

Su primer gol pudo llegar nada más empezar, pero falló en un mano a mano donde el portero bielorruso tuvo mucha más culpa que él. A la siguiente ocasión no volvió a tropezar. Denis activó la jugada con una diagonal que acabó en un centro de Samuel y en un remate de ariete de Bakambu. Después, llegó la peor noticia. Un golpe en su tobillo maltrecho (ha estado un mes fuera) le hizo recaer. Quedaba un cuarto de hora por delante y su cojera no impidió que siguiera jugando de manera contraproducente. A cambio, por tenacidad, encontró el gol de la sentencia. Otra jugada made in Villarreal en la que Rukavina hizo de Alves en busca de un pase medido de Jonathan. Bakambu sólo tuvo que empujar el regalo, más enfadado por su lesión que feliz por otro acierto.

Pese al resultado, al Villarreal le costó disfrutar. El Minsk se presentó menos duro de lo esperado (seis faltas) y más técnico de lo que parecía. Tuvo una ocasión incluso para ponerse por delante. Luego se diluyó, por la diferencia de calidad y la lluvia de goles. Sin embargo, el juego fluido del Submarino no llegó con la continuidad de siempre en el primer tiempo por varios motivos propios: las intermitencias de Bailly no dan seguridad ni tranquilidad, los extremos no desbordan tanto como antes por fuera y abusan de circular por dentro, y Soldado, cuyo trabajo es encomiable, necesita más juego entre líneas para explotar su desmarque. Cuando Denis y Trigueros jugaron a su lado se le vio bastante más feliz.

Con el partido ya encarrilado, Soldado aprovechó la noche para recuperar sensaciones. Amplió la renta al tercer intento. Un gran pase al hueco de Denis, a esas horas segundo punta por el cambio obligado de Bakambu, fue aprovechado por el 9 para sortear al portero y marcar a placer. El internacional ni sonrió. Tan exigente siempre, pese no a un día que no lo de todo. Bailly luego hizo el cuarto tras una gran combinación entre Soldado y Nahuel. El Minsk estaba deprimido y con mil agujeros atrás. Pero lo mejor, gracias al resultado, fue que Marcelino pudo mover el banquillo y rotar ante tantos imprevistos, aunque no lo hizo con el que más lo necesitaba: Soldado. El domingo en Las Palmas hay mucho en juego. Veremos si con Bakambu ausente, Bakambu cojo o con Bakambu entero.