El Valencia encarrila su pase ante un Gante muy peleón

El Gante, más que Cenicienta, quiso ser Maléfica en Mestalla. El Valencia, irregular y de más a menos, acabó pidiendo la hora por su falta de definición y por ese no tirar la toalla de los belgas. Ahora bien, aunque fuera con un gol en propia puerta de Mitrovic, los puntos se quedaron en Mestalla y sumándolos ellos a la derrota del Lyon contra el Zenit, los de Nuno ven más cerca los octavos. Tienen ahora una renta de cinco puntos. Pero que no se confíen, que el Gante casi le deja anoche sin comer las perdices con las que acaba todo cuento feliz.

El Valencia llegó al descanso tirándose de los pelos. Acordándose de un sinfin de ocasiones que malograron y también de Matz Sels. Fue el portero del Gante el que permitió que los suyos, a partir del último tercio de la primera mitad, dejaran constancia de que saben jugar al fútbol. Mina, Parejo y Alcácer se toparon con el meta belga. A las ocasiones de ellos hay que sumar un remate alto de Mustafi y otro ladeado de André. Solo Feghouli a bocajarro (aunque la Uefa se lo concedió a Nielsen en propia puerta), tras milimétrico pase de Cancelo, hizo moverse la red.

El Valencia salió a jugar con una identidad que, partido a partido, va recuperando. Con mirada retrospectiva, analizando de dónde venía y viendo hacia dónde puede llegar a ir, este equipo de Nuno tenía un mal y se llamaba ansiedad. Con una dosis de confianza y un jugador como André Gomes, el Valencia tuvo un arranque intenso, veloz, eléctrico. Y de ahí las ocasiones mencionadas.

El problema, ahora, es que a André Gomes la gasolina le dura lo que a Hommer Simpson dos cajas de cervezas y cuando éste, el portugués, deja de ser celestial, el equipo se vuelve mundano. Entre ello, los fallos de definición y que el Gante nada tiene que perder en esta Champions y sí mucho que disfrutar, los belgas, con un fútbol alegre, de toque y paciencia, se hicieron los amos del balón bajo la lluvia y lograron la igualada por obra de Foket, en uno de los pocos errores de la zaga.

Con el empate el partido entró en terreno pantanoso. El Valencia iba a ratos y Parejo centró las iras. Pitada cuando fue sustituido. Las acciones llegaban atrancas y barrancas. Y en una de ellas llegó el gol de Mitrovic tras remate de Gayà. Pero al final los ché, Jaume mediante, mantuvieron el 2-1.