Platini abrió una oficina en París con los dos millones de Blatter
AS tuvo un encuentro exclusivo con Platini ayer. “Hoy iré a cortarme el pelo y mañana a jugar al golf”. Trabajó para FIFA y financió despacho y personal en la plaza André-Malraux.
Platini llegó en un tremendo Audi A-8 azul marino que aparcó en la puerta del Hotel Real, en la Place de Savoie de Nyon. Eran las diez en punto de la mañana de ayer. El dueño del establecimiento es su buen amigo Nicola Tracchia, íntimo también de José Antonio Camacho. Este periódico esperaba en la cafería, con vistas al lago Lemán. “Buenos días, ¿cómo van las cosas por España?”, preguntó Platini, que vestía vaqueros y chaqueta gris. “Bien, gracias. En todo caso mejor que por aquí”, respondió el enviado especial de este periódico. “Como estoy de baja, voy a aprovechar el día para ir a la peluquería a cortarme el pelo, y mañana quizás vaya con Nicola a jugar al golf”. Tracchia fue testigo del encuentro, como también Luis Pereira, exjugador del Celta afincado en Ginebra y actual vicepresidente del equipo local, el Stade Nyonnais.
Michel Platini está enojado, casi colérico. Pero no hace comentarios sobre su situación. Está suspendido. No puede hacer declaraciones.
Pero este periódico ha podido saber de fuentes muy próximas al presidente de la UEFA, que tiene una coartada, aunque no el contrato que la soporte porque su acuerdo con Blatter fue verbal. Además, los documentos que podrían probar su historia se han perdido con el paso de los años, diez hasta que cobró el dinero. Pero hay trazas comprobables y algún testigo. Vamos con ello.
Michel Platini trabajó como ‘asesor técnico’ de Blatter entre enero de 1999 y junio de 2002. En esa época acordó llevar adelante su trabajo en París y no en Zúrich. A tal efecto alquiló una de las mejores oficinas de la capital situada en la plaza de André-Malraux. En ese despacho trabajó Platini durante 42 meses. Contrató personal administrativo e incluso a un exempleado de la FIFA, Alain Leiblang. El acuerdo verbal establecía un pago mensual. Pero quedó pendiente el millón ochocientos mil euros que recibió con nueve años de retraso y que reclamó a Blatter por carta porque Platini financió el alquiler del despacho de la plaza de André-Malraux, y el sueldo de los empleados que le ayudaron durante esos tres años y medio en los que ejerció de ‘asesor’ de Blatter.
¿Y qué trabajo hicieron Platini y su equipo durante ese tiempo? Vamos con la pregunta del millón. Además de participar en varias comisiones, lo que le obligaba a viajar a Zúrich con frecuencia, Platini recibió el encargo de Blatter de estudiar la viabilidad de un Mundial cada dos años. Presentó ese estudio. También fue requerido para optimizar el calendario internacional, que alivió. Y, entre otros encargos, propuso la eliminación de la regla del triple castigo para los porteros, que Blatter elevó a la International Board. También fue reclamado para proponer cambios en las Reglas del Juego con el fin de mejorarlo. Propuso prohibir los cambios en el último cuarto de hora de los partidos para evitar las pérdidas de tiempo y las expulsiones temporales, entre otras medidas. Hizo todo esto y más, según la versión que este periódico ha obtenido del entorno directísimo de Platini, que está en modo silenzio stampa...